Vamos a recordar un artículo de D. Manuel López Rojo, fallecido en el año 2020, sobre una obra de arte situada en el despacho de la alcaldía del ayuntamiento de Villarcayo, el cuadro del pintor turolense afincado en el Bierzo, Luis Gómez Domingo, que representa la elección de Villarcayo como capital de Las 7 Merindades de Castilla en el año 1560.
Manuel López Rojo.
Las consecuencias que siguieron a lo ocurrido bajo un moral en MIÑON en aquella calurosa tarde del 28 de agosto del año 1560 nadie se las podía ni imaginar. Los representantes de las Siete Merindades eligieron a Villarcayo como su capital porque tiene soto, es cruce de caminos por donde pasan los arrieros y allí se custodian los documentos que sobre las Merindades emanan de la Corte Real.
Villarcayo, entonces poblada por algo más de una veintena de familias que viven agrupadas alrededor de una fuente, se vio sorprendida por la llegada de escribanos (los famosos “chupatintas”), alguaciles, abogados etc. que aumentaron considerablemente su población como consecuencia de la actuación democrática de nuestros antepasados que demostraron ser unos dignos sucesores de los Jueces de Castilla.
Ante este hecho memorable una cosa queda clara. “Villarcayo debe lo que es a las Siete Merindades”. Juntos formarán durante dos siglos y medio el CORREGIMIENTO que llevará su nombre y en este hecho se apoyará la villa cuando desee que los Juzgados o cualquier institución estatal se instalen en ella.
El autor del cuadro, LUIS GOMEZ DOMINGO plasma de una manera real el momento en que ante el público compuesto de hidalgos y algunos pecheros cada uno en su lugar y con su vestimenta con la presencia de Gutiérrez de Ceballos, alguacil designado por el Rey Felipe II, el Alcalde Mayor de las Merindades, Dr. Garavillo. D. Diego de Vivanco Procurador General de las mismas, toma nota el escribano Antonio de Medina ante el escudo de España, y presidido por el Dr. Mendizábal (de pie). No falta en el cuadro el medio más generalizado entonces de transporte, el caballo
“El autor tiene muy en cuenta el carácter del cuadro, es decir su carácter narrativo con gran carga de rigor histórico. Se trata de narrar un hecho ocurrido hace cientos de años y la descripción de situaciones y personajes, así como el escenario.
Teniendo en cuenta de que el suceso ocurrió al aire libre, sin limitación de espacio y pudiendo acudir gentes de toda clase y condición el autor ha dividido el cuadro en tres partes iguales.
A la izquierda del espectador se encuentra el pueblo llano, cuanto más llano más a la izquierda. La parte central la ocupan los funcionarios reales y adictos al monarca, su indumentaria negra es propia del Rey Felipe II. En la derecha coloca el pintor a la nobleza de la zona, incluido alguna principal llegado de la Corte con intereses en la Comarca. En estos últimos personajes se advierte la influencia de la moda francesa e italiana.
Todos los personajes presentes en el cuadro representan a un grupo social de la época, que se supone presentes en el acontecimiento por obligación, interés o simple curiosidad. Un gran toldo que protege a unos y a otros y contra los rigores del caluroso agosto, sigue el ritmo marcado por la composición en forma de aspa y permite dirigir la atención del espectador hacia la parte central del cuadro, en donde se encuentra la mesa adornada con el escudo de Felipe II.
Este esquema compositivo en forma de aspa permite representar mayor número de personajes. La dama de compañía situada de espaldas en primerísimo planos, nos invita con su movimiento a entrar en el cuadro, cuya composición la cierra por la derecha del espectador el caballero de gusto francés y por la izquierda y por el lado opuesto la esposa de alguno de los personajes importantes que acuden al hecho histórico, cuya atención reclama la exuberante y joven mesonera de belleza contrastada con la también joven y noble dama del otro lado.
Teniendo en cuenta de que el cuadro está ubicado en el despacho de la Alcaldía del Ayuntamiento de la heroica villa de Villarcayo el autor ha tenido en cuenta de que la luz representada tenga la misma dirección que la que entra en el salón que la alberga.
En resumen, el autor lo ha intentado y lo ha conseguido plenamente, narrar con sus pinceles un hecho histórico importantísimo para la ilustre villa de Villarcayo lo que da a la obra un cierto valor didáctico, procurando hacerlo legible dejando huellas de su estilo libre muy visible en la ejecución de algunos personajes”
Su autor LUIS GOMEZ DOMINGO nace en Teruel en el año 1946. Estudia en la Escuela Sauperior de Bellas Artes de Valencia y Barcelona. Ha presentado varias exposiciones en Teruel, Valencia, Zamora, León y la itinerante por Castilla y León patrocinada por la Junta. Actualmente GOMEZ DOMINGO reside, enseña y pinta en Ponferrada (León).