El pasado 18 de septiembre el Ayuntamiento organizó una serie de actos para conmemorar el Asedio de la Villa por los soldados Carlistas el 18 de septiembre de 1834.

Hasta el último cuarto del siglo pasado, el 18 de septiembre se celebraba en Villarcayo con una tradicional fiesta en la calle Carreruela que conmemoraba a la resistencia de Villarcayo al ataque carlista, sin embargo esta tradición se perdió durante décadas pero fue recuperada nuevamente en 2015 por la Concejalía de Cultura y Festejos que desde entonces organiza una serie de actividades en esta fecha, este año la tradicional lectura conmemorativa ha estado a cargo de Pepe Casado con un ameno y poético relato de los hechos acaecidos el 18 de septiembre de 1834. Después hubo bailes regionales a cargo del Grupo de Danzas de Villarcayo que dieron paso a la tradicional parrillada popular para todos los vecinos en la calle Carreruela, organizada entre el Ayuntamiento y dos peñas de Villarcayo, los Kamikazes y la Caraba.

Asedio y quema de Villarcayo

En los albores del 18 de septiembre de 1834 tuvo lugar en Villarcayo uno de los sucesos más importantes de la historia de la muy heroica Villa. Eran las seis y media de la mañana cuando unos 3.000 carlistas, dirigidos por el Brigadier Andéchaga junto a Sopelana, Ibarrolilla y Mazarrasa, se presentan en Villarcayo por la calle San Roque siendo recibidos a tiros desde las casas y desde el ayuntamiento. Resultando herido de muerte  en esos primeros disparos el general Sopelana. Las fuerzas locales eran escasas, teniendo en cuenta que la población de Villarcayo en esas fechas era de 499 habitantes (Dic Geografico de Miñano Tomo IX 1828), estando integradas únicamente por Urbanos y una patrulla del regimiento 15 de infantería de línea.

Relatan los correos de aquellas fechas que dos veces se les intimó la rendición y ante la negativa de estos dieron fuego a las principales casas hasta el número de unas 30, intentando, en vano, hacerse con el Ayuntamiento (punto de mayor defensa), del que incluso se desplomo el reloj. El asedio llegó hasta la una de la madrugada del día 19, cuando una columna del Brigadier Iriarte,  les dio alcance en las inmediaciones de Cigüenza, liberando a 12 urbanos prisioneros y causándoles bastantes bajas.

Como consecuencia de aquellos hechos por Decreto de 3 de julio de 1843 fue declarada la Villa de Villarcayo como Heroica, título que adorna su escudo. Del mismo modo se elaboró un proyecto por el ingeniero Luis Gautier en 1838 para construir una muralla defensiva para preservarla de estos ataques, proyecto que finalmente no fue llevado a la práctica por falta de presupuesto.