Entre los días 12 y 23 de agosto de 2024 se retomarán las excavaciones de la Cueva de Kaite, tras la autorización de la Junta de Castilla y León y gracias a una nueva concesión de subvención por parte del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva y de la Diputación Provincial de Burgos.
El permiso de la Junta de Castilla y León también incluye la autorización para realizar un sondeo en Cueva Palomera, en el sector de la Rampa de Palomera en el que ya se intervino en el año 2016, perfilando unos cortes naturales de tres metros de profundidad, para así conocer su estratigrafía y poder obtener unas muestras de carbones con las que la cronología de sus niveles superiores se fijó entre el Neolítico y la Edad del Bronce. También se continuará con el estudio de sus manifestaciones de arte rupestre.
Campaña de 2023
La campaña de 2023 también contó con la subvención del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva y de la Diputación Provincial de Burgos, gracias a la convocatoria provincial de subvenciones para actividades arqueológicas realizadas en la provincia de Burgos. Además contó con fondos adicionales del proyecto de investigación de Marco Vidal Cordasco “Efectos de la erosión de la biodiversidad sobre el papel de los humanos en las redes tróficas durante la transición Pleistoceno-Holoceno en el norte de Iberia”. En 2024-2026 se piensa continuar con la excavación ya planteada, ampliándola a algún otro sector de la Cueva de Kaite.
Durante la campaña de excavación en 2023 se identificaron tres niveles arqueológicos, Un nivel superficial, Un nivel antrópico y un nivel pleistoceno, en este último nivel se han datado huesos de entre 43.000 y 45.000 años.
Las herramientas y las dataciones hablan de una industria musteriense, propia de los neandertales, por lo que la Cueva de Kaite se convierte en la tercera cavidad de Ojo Guareña con evidencias de esta especie, tras la Cueva del Prado Vargas y Cueva Palomera.
El yacimiento de Kaite ha proporcionado un conjunto de 155 piezas de industria lítica –principalmente de sílex-, 263 restos óseos y 10 piezas dentales, dispuestos en una interesante secuencia Pleistocena.
En otro sector del portalón de la Cueva de Kaite se recogieron muestras de unos grandes carbones, pertenecientes a un hogar, situados entre el sedimento pleistoceno y un gran bloque desprendido del techo. Su datación ha proporcionado una fecha calibrada de principios del siglo VII de nuestra era, dentro del mundo visigodo, que también supone la fecha más antigua de Ojo Guareña para este momento, más allá de las dataciones disponibles en Cueva Cornejo y en varios puntos de la Cueva de San Bernabé.
El equipo de excavación estuvo dirigido por los arqueólogos Ana Isabel Ortega Martínez, del CENIEH, y Marco Vidal Cordasco, del Equipo de Investigación Evo-Adapta de la Universidad de Cantabria que dirige Ana Belén Marín Arroyo, quien también participó, junto con otros tres miembros del citado equipo: Borja González Rabanal -que anteriormente se había encargado del estudio antropológico de los restos humanos de Kaite-, Lucía Agudo Pérez y Javier Salcines Montaña. En la campaña también participó Miguel Ángel Martín Merino, de la Sociedad Española de Espeleología y Ciencias del Karst y se contó con la participación de Clara López de San Vicente, coordinadora de las visitas turísticas en Ojo Guareña. El estudio de la industria lítica ha sido realizado por Marcos Terradillos Bernal de la Universidad Isabel I de Burgos. En el proyecto también participan Javier Martín Chivelet, de la Universidad Complutense de Madrid, y María Jesús Turrero, del CIEMAT.