Virtus celebra sus fiestas y el campanero Ismael de la Iglesia tocará las campanas antes de la misa de difuntos del sábado y en la misa y procesión de las fiestas de Nuestra Señora, este domingo, 8 de septiembre.
Felisa Palacio Peña
Dos años tenía Ismael de la Iglesia cuando empezó a interesarse por el sonido de las campanas. Hoy, con 33 más que entonces, sigue fascinado con ese tañido. Es campanero de profesión y también por afición, pues disfruta tocando. Después de formarse en Cantabria con Albel Portilla, uno de los mejores campaneros de nuestro país, ha abierto su propio taller en Burgos, aunque de momento solo realiza reparaciones. “Estoy muy agradecido a Abel por haberme enseñado un oficio que, tradicionalmente se transmite de padres a hijos. Yo por ahora arreglo campanas, pero la intención es poner en marcha una fundición cuando sea posible”, explica.
Curiosamente, este fin de semana tocará en Virtus una campana fabricada por su maestro hace un par de años, encargada por la Junta Vecinal para llenar el hueco que una banda de ladrones de campanas había dejado en el campanario de la iglesia del pueblo. Este pequeño rincón del municipio de Valdebezana celebra sus fiestas e Ismael ha aceptado la invitación de unos amigos de la zona para hacer una demostración de su arte. Ya estuvo allí en febrero, por San Blas, momento en que tuvo la oportunidad de realizar una demostración de los distintos toques. “Antes, no hace demasiado tiempo, cuando no había electricidad, todo se anunciaba a través de las campanas: si nacía un niño o una niña, porque el toque no era el mismo; si moría un hombre, una mujer o un vecino de otro pueblo; si había tormenta o incendio; si llegaba el pastor y había que sacar a los animales de las cuadras o, según el momento del día que era, se tocaba al amanecer, al mediodía y al anochecer. El código de las campanas mantenía informado a la población en todo momento”, explica.
Actualmente, en Virtus hay tres aprendices de campanero: Manu, Alberto y Lidia, que vive en un pueblo cercano, pero desciende de allí. Y no es habitual que en un lugar tan pequeño haya tanta afición. Durante este fin de semana recibirán algo parecido a unas clases. Ellos y todo aquel que esté interesado, puesto que se instalarán dos esquilines llegados desde Quintanilla del Rebollar, que se colocarán sobre unos caballetes para practicar distintos toques de campana. La iniciativa ya tuvo una primera edición en el febrero, coincidiendo con la celebración de San Blas y se pretende que ahora se perfeccione lo aprendido entonces.
Ismael de la Iglesia insiste en el interés de realizar este tipo de formaciones para que no desaparezca una tradición como esta: “es una riqueza que se está perdiendo. Antes era un idioma muy rico y cada campanero tenía su propio código. Los pocos toques originales que se conservan grabados de hace muchos años, no se parecen en nada. Es como si fuesen dialectos y todo eso va desapareciendo”, lamenta.
Explica que, cuando hay dos campanas, es importante que tengan un sonido diferente, separado, al menos por un tono o un tono y medio, lo que permite aumentar la riqueza del tañido, porque, en función de si se toca una u otra, el significado del mensaje puede ser diferente y si se combinan las dos, el efecto se multiplica.
Este fin de semana, Virtus tendrá el privilegio de contar en sus fiestas con el mejor sonido de sus campanas. “No se toca igual si es misa de difuntos que si es misa de fiesta o procesión. No sonará igual el toque del sábado que el del domingo. Cuando es una fiesta lo que se celebra, las campanas se voltean, que esa es la máxima expresión de la festividad en la cultura de los campaneros, mientras que en la procesión el toque es más solemne”.
La misa de difuntos del sábado se ha programado para este sábado, 7 de septiembre, a las 12:00 horas y las campanas sonarán desde media mañana; mientras que la misa de la fiesta del domingo, en honor a Santa María la Mayor, será a las 11:00 y desde una hora antes voltearán las campanas, que acompañarán también durante toda la procesión. En el campanario, Ismael no estará solo. Con el tañirán y voltearán los campaneros del pueblo.