¿Por qué iba a esforzarse tanto el ministerio de educación para surtir de escuela al pueblo de Siones? ¡Es sencillo!: No lo hizo. Estas escuelas fueron fruto de la iniciativa privada, de una labor filantrópica común en esos años y en el Valle de Mena. Su autor fue Lucas Aguirre y Juárez, hombre religioso, liberal y progresista. No era nacido en el Valle de Mena, ni en Las Merindades, sino que nació en Cuenca. En su testamento de 1871 instituyó una Fundación para fomentar el estudio de los niños con pocos recursos y la dignidad de la mujer española.


FELIPE GONZALEZ LOPEZ
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¿Qué relación tenía Lucas Aguirre y Juárez con el Valle de Mena? Su padre. Andrés Aguirre era natural de Siones y se mudó a Cuenca. Allí casó con Inés Juárez y tuvieron cinco hijos. El pequeño fue Lucas, nacido el 18 de octubre de 1800.
Andrés creó en su nueva ciudad un negocio de ferretería en el que participaba toda la familia. Con los beneficios fue adquiriendo molinos, huertas, terrenos e inmuebles, algunos procedentes de la desamortización del ministro Mendizábal. Éstos fueron los bienes que, pasado el tiempo, dejaría Lucas Aguirre a los pobres. Andrés obtuvo, incluso, el servicio de diligencias y correos entre Cuenca y Madrid. La riqueza los incorporó a la alta burguesía de la ciudad, facción ilustrada, liberal y progresista.
En 1832 muere Inés Juárez, su madre y, poco a poco van cayendo sus hermanos mayores. En 1856 fallece el padre. Y, en 1859, Víctor, el único hermano que todavía tenía, se suicida. Esto, unido al ambiente conservador de su ciudad y a la tensión política del siglo le empujó a alejarse de Cuenca y de sus recuerdos. Este solterón marchó a Madrid donde pasaría sus últimos años. En ese tiempo inició una intensa militancia ideológica, colaborando con lo más granado de la cultura y de la política liberal del momento.
Su compromiso con la educación popular lo llevó a fundar tres escuelas. La primera de ellas, única que constituyó en vida creada en 1868, y más tarde, cumpliéndose la voluntad de su Testamento, las de Cuenca y Madrid. Todas ellas para pobres y con el deseo bien señalado de premiar los lugares que más significaron en su vida. Las de Siones “para perpetuar la memoria de su señor padre”, como reza en el Testamento, la de Cuenca como homenaje a su ciudad natal y a los felices años con su familia, y la de Madrid como agradecimiento al lugar donde pudo desarrollar plenamente sus inquietudes liberales y progresistas.
Lucas apostó por la Escuela Popular como “medio de evitar los desastres de que están amenazadas las sociedades”. Y en esa apuesta la mujer ocupó un lugar destacado: “la importancia de la mujer es tal que las naciones más ricas son aquellas en que la educación de la mujer está más extendida y perfeccionada”.
La escuela de Siones data de 1868 y fue la primera escuela elemental para niñas y mujeres pobres del lugar a la que también podían concurrir las de Villasana, Vallejuelo, El Vigo, Sopeñano y Cadagua, bajo la dirección de dos maestras. Dejó dicho Lucas en su testamento: “[…] Que saber remendar es muy importante a todas las mujeres, pero más a las pobres, por cuya razón lleven a la escuela las prendas que necesiten estas composturas, y así aprovechan el tiempo que perderían aprendiendo en un pedazo de lienzo. También es muy interesante que sepan hilar y hacer medias, pues algunos de Siones han manifestado tenían lana, y por no conocer estas labores tanto ellos como su familia, no llevaban medias”. Las clases a las niñas se estuvieron impartiendo en esta escuela hasta finalizar el curso de 1918 y la de párvulos hasta finalizar 1921, en cuya fecha quedaron cerrados las dos clases por falta de recursos.
Claro que lo dicho no encaja con los recuerdos de muchos hijos de estos pueblos que peinan canas. Cierto. Hay trampa porque lo que se recuerda es el segundo edificio de 440 metros cuadrados distribuido en dos plantas, inaugurado el 29 de julio de 1901. En la primera estaba la vivienda de los maestros. Este es el que conserva un aula de principios del siglo XX con el retrato de su fundador y un equipamiento de la época: pupitres y bancos anclados al suelo, mesas para maestros y maestras, mueble porta mapas de rodillo, y varias pizarras murales.
Pero en la decisión de construir esta nueva escuela no participó Lucas Aguirre porque ya había fallecido en Madrid el 20 de marzo de 1873. La construcción la llevó a cabo su testamentaría. Esta segunda escuela en principio fue para párvulos, después para niñas y finalmente mixta. El año de su inauguración asistieron a esta escuela 52 alumnas en la elemental, y 19 niñas y 20 niños en la de párvulos.
El patronato de las escuelas de Siones lo formaban el Ayuntamiento del Valle de Mena, representado por el Alcalde, y una Junta de vigilancia formada por los Alcaldes pedáneos de los seis pueblos llamados a los beneficios de la enseñanza, o sea los de Siones, Villasuso, Vallejuelo, El Vigo. Sopeñano y Cadagua. La Junta tenía como principal cometido la administración económica de las escuelas; al acabar el año se formaba la cuenta y una copia certificada se colgaba en la puerta de las mismas.
Las escuelas “Aguirre” de Siones nunca fueron bien económicamente gracias, se dice, a la nefasta gestión de sus albaceas testamentarios, como se vio en la investigación llevada a cabo durante el año 1901 por el Ayuntamiento de Madrid en las escuelas Aguirre de la Villa y Corte. La maestra Teresa Novales Bustillo que regentaba el colegio de niñas de Siones desde el 1 de septiembre de 1898, dejó de percibir sus retribuciones desde el 1 de enero de 1908 hasta fin de curso de 1918, en que cesó, a razón de 1.200 pesetas anuales; y María del Carmen Martínez López, profesora de párvulos, desde la misma fecha hasta finalizar el curso de 1921 a razón de 1.100 pesetas anuales. Una marca: unos trece años sin cobrar su sueldo. Bien es verdad que dos años más tarde la maestra de niñas reanudó las clases, aunque sin cobrar sueldo alguno, solo a cambio de beneficiarse de la vivienda y de las huertas de la escuela de Siones, así como de “una pequeña retribución de las alumnas”.
La negligencia e irregularidades que sufrió la cuantiosa fortuna que Lucas Aguirre dedicó a la instrucción de los pobres de Siones, Cuenca y Madrid, acabó sustanciándose en los tribunales. Un Juzgado de primera instancia, en 5 de junio de 1906, acabó dictando una sentencia que expulsaba del cargo de administrador de su testamento al Sr. Ondovilla.
José Ondovilla falleció el 11 de noviembre de 1908, pero antes, 15 de junio de 1906, compareció ante el Notario de Madrid, José Criado, y otorgó escritura de inventario y valoración, así como de bases para la liquidación y adjudicación de los bienes dejados por Lucas Aguirre, resultando que Ondovilla los valoraba en 1.027.739 pesetas. El valor de los edificios escuelas de la Fundación Aguirre en Siones se tasó en 60.000 pesetas. A favor del Sr. Ondovilla hay que decir que parece que hay que agradecerle que se fundara la segunda escuela de Siones, de hecho, fue dicho testamentario quien la inauguró.
Hemos dicho que a partir de 1921 la Escuela Vieja cerró (ahora son viviendas de particulares) continuando la Escuela Nueva. Debido a la Guerra Civil de 1936 a 1939 fue transformada en cuartel de milicianos. Estaba cerca del frente de guerra: los “nacionales” arriba de la peña y los “republicanos” en el Valle de Mena y con el pueblo de Siones como lugar estratégico para controlar el Portillo de La Magdalena. Fue en aquellos días del Frente cuando el retablo de la iglesia, con toda su imaginería, y los libros de la escuela de Aguirre, fueron arrojados a una pira.
El escritor Elías Rubio habló con María del Carmen Serrano de Miguel que fue la última maestra habida en Siones. Contó que cuando tomó posesión de su puesto había solo tres niños matriculados y dos sin matricular, y que, entre admirada y sorprendida al ver la grandiosidad del aula, comprendió que este espacio era demasiado grande para tan pocos alumnos y tomó esta resolución: “Cogí cuatro pupitres y me llevé a los niños a la cocina, y allí estuve durante un año con ellos. Al principio los niños venían a clase provistos de leña y carbón, porque así era costumbre con los anteriores maestros, pero después nos lo traían de Villasana”.
Con tan poco alumnado la situación de la escuela que fundara la testamentaría de Aguirre parecía insostenible. Fue entonces cuando “Un día vino a visitarla un inspector, y al ver que solo había tres niños decidió que así no podía continuar y que había que cerrarla. Eso fue en 1968”. Al finalizar el curso escolar 1968-69 con la celebración de los exámenes en junio de 1969, se cerró la escuela nacional mixta de Siones.
La Fundación “Lucas Aguirre Juárez” fue disuelta en 1963 por el Ministerio de Educación con fecha uno de febrero para su integración en la Fundación Benéfico-Docente del Valle de Mena la cual aglutina las diferentes fundaciones educativas que se crearon en el valle.
Lo que tenemos hoy es un espacio congelado en los inicios del siglo XX que nos ilumina sobre la docencia decimonónica que ha permanecido escondido en un pueblo de Burgos. El Ayuntamiento de Valle de Mena decidió dar luz a esta máquina del tiempo programando visitas y otras actividades. Por ello se restauró la cubierta del inmueble y se sanearon las fachadas eliminándose las goteras que habían hecho mella en la primera planta, antigua casa del maestro, y habían marcado el techo del aula. La actualización la ejecutó la empresa Construcciones y Excavaciones Poza por un importe de 35.965 euros.