Tres detenidos por un supuesto fraude con la documentación de dos vehículos del mismo modelo pero de diferente color. El hecho delictivo se pudo resolver gracias a la información de una ciudadana.
Burgos, 8 de septiembre de 2020.- La colaboración entre la Policía Nacional y la Policía Local de Burgos ha permitido esclarecer un delito de falsedad documental y detener a dos hombres y una mujer como presuntos autores.
La resolución de este hecho se debe en gran parte a la colaboración de una ciudadana, ya que puso en conocimiento de Policía Local lo que observó desde la ventana de su domicilio. Esta persona se asomó a la calle alertada por los ruidos que producían dos vehículos con los capós abiertos en un intento de arrancar uno de ellos, estando junto a los coches un hombre y una mujer a los que se sumó otra mujer más joven que llegó conduciendo otro coche.
La sorpresa de esta vecina llegó cuando comprobó que estas personas se marchaban y, de los tres coches que habían concurrido, dejaban correctamente estacionado uno pero de igual marca, modelo y con idéntica matrícula que otro de los que se llevaron, con la única diferencia del color.
De inmediato llamó a la Policía Local, que constató datos y matrícula del vehículo estacionado. Poco después, los agentes regresaron ante la llamada de la misma vecina, que alertó nuevamente sobre la sustitución del coche y verificaron que, efectivamente en el lugar del estacionamiento anterior, se encontraba aparcado otro vehículo que coincidía en marca y modelo, luciendo la misma matricula del que habían comprobado con anterioridad. La diferencia estaba en el color ya que el primero era granate y el segundo azul.
La Policía Local confeccionó un informe al respecto mediante el cual informó de los hechos a la Comisaría de la Policía Nacional de Burgos donde se abrió una investigación.
Dos días después, los investigadores localizaron uno de los vehículos, el de color granate, ocupado por dos personas circulando por la ciudad. Los agentes identificaron a ambos ocupantes y comprobaron la documentación del coche cuya matrícula no se correspondía con el número de bastidor del mismo.
Ante esta evidencia, el conductor reconoció que el otro coche era de un familiar y que él había adquirido tiempo después el suyo. De esta manera, al ser iguales los modelos se garantizaban que ambos vehículos circularan ‘legalmente’ con sólo una ITV y un seguro, ahorrándose el dinero que les supondría la documentación del segundo vehículo.