La arqueóloga Ana Isabel Ortega participa en un estudio sobre las grandes avenidas del río Guareña, que en las últimas décadas están siendo cada vez más frecuentes, provocando corrimientos en la campa de entrada a la ermita de San Tirso y San Bernabé y reexcavaciones de sedimentos en la Galería y Sala del Cacique, que están afectando al itinerario turístico de Cueva Palomera. De las doce mayores avenidas registradas por la CHE en los últimos 24 años, nueve se han producido en los últimos 8 años y tan solo tres en los 16 años precedentes, una tendencia que probablemente tenga mucho que ver con el Cambio Climático.
Fundación Atapuerca
Un equipo liderado por Ana Isabel Ortega, arqueóloga del Centro Nacional de Investigación Humana (CENIEH) y beneficiaria de la “Ayuda posdoctoral a la investigación Reale Foundation, de la Fundación Atapuerca”, ha publicado recientemente en la revista de la Sociedad Española de Espeleología y Ciencias del Karst (SEDECK), un estudio sobre las causas de las grandes inundaciones del río Guareña, mucho más frecuentes en estos últimos años. En el estudio también han participado otros miembros del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y de la propia SEDECK, así como diferentes colaboradores en los aspectos gráficos (fotografía y topografía).
La balsa de inundación del Guareña
Estas inundaciones provocan una balsa de agua de casi 20 m de altura sobre el sumidero del río Guareña, que alcanza a las primeras edificaciones del pueblo de Cueva, y causa deslizamientos en la Campa de San Bernabé que afectan a las escaleras de entrada a la propia ermita de San Tirso y San Bernabé, incrustada en las bocas de entrada más elevadas del Complejo Kárstico de Ojo Guareña. La ermita es el principal atractivo turístico de la Merindad de Sotoscueva y uno de los más relevantes de la comarca de Las Merindades, en el norte de Burgos.
Cuando la balsa supera los 16 m de altura, parte de sus aguas se infiltran por el talud existente entre la ermita y el actual sumidero, donde aprovechan la red de galerías generada por antiguos sumideros, originados entre hace 0,74 y 0,60 millones de años, según otra reciente investigación liderada y recientemente publicada por Alfonso Benito, que probablemente llevaban obstruidos desde hace medio millón de años. Una vez en el interior de la cavidad, las aguas recorren la Galería y la Sala del Cacique, en el cuarto nivel de Ojo Guareña, donde están alterando rápidamente su morfología, reexcavando metros cúbicos de sedimentos que, en ocasiones, ocultaban otros antiguos conductos que eran desconocidos y cuya topografía y fotografías presentan ahora los autores.
Precedentes en la Prehistoria (accesos a la Sala y Galerías de las Huellas)
El artículo viene complementado con una importante documentación histórica y gráfica, que avala como ha ido evolucionando este proceso durante las últimas décadas. Las primeras grandes inundaciones se han reconocido, de forma indirecta, por los sedimentos arcillosos que recubren algunos restos de tizonazos y carbones que dejaron los hombres prehistóricos que en el Paleolítico Superior, Mesolítico, Neolítico y Calcolítico, frecuentaron este itinerario por el que se accede a la Sala y Galerías de las Huellas, como ya anticipaban los mismos autores en otros trabajos previos liderados y publicados por Ana Isabel Ortega en 2021.
Datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro
Al comparar las fechas de las mayores inundaciones del Guareña con los registros de la Confederación Hidrográfica del Ebro disponibles en su página web para toda la cuenca del río Nela, afluente del Ebro, se ha podido constatar que existe una correlación absoluta entre las doce mayores avenidas registradas en el Guareña y el Nela durante los últimos 24 años. Pero sorprende comprobar que nueve de ellas se han producido en los últimos 8 años y tan solo tres en los 16 años precedentes. Tan solo en las cuatro de menor intensidad no se han podido identificar sus efectos en el proceso de reexcavación que afecta a las citadas Galería y Sala del Cacique.
Esta tendencia tan marcada es muy probable que tenga algo que ver con el proceso de Cambio Climático, tan estudiado y comentado en las últimas décadas, con un proyecto específico de investigación centrado en Ojo Guareña desde el año 2002, dirigido por el profesor Javier Martín-Chivelet, en el que participa la Universidad Complutense de Madrid, el CIEMAT y algunos de los autores de este estudio.
Este estudio ha contado con la autorización de la Junta de Castilla y León y con la colaboración de la Fundación Atapuerca y del CENIEH.