La prueba fue protagonizada por más de 450 participantes, donde la mayoría fueron andarines que volvieron a iluminar los senderos y caminos del municipio medinés. En la prueba también hubo un gran grupo de corredores y participantes de marcha nórdica que, con su ritmo, muchos consiguieron terminar la prueba en menos de dos horas.
Un año más, los monumentos emblemáticos de Medina de Pomar se iluminaron para darles visibilidad, ofreciendo a los participantes la oportunidad de disfrutar de un nuevo y enriquecedor recorrido. Este año, los participantes pudieron apreciar la riqueza cultural y la implicación de los barrios y pedanías de la localidad. Entre los puntos más destacados del recorrido se incluyen el casco histórico de la ciudad, el Monasterio de Santa Clara, la iglesia de la Virgen del Rosario, el mirador de los Carriscos, las iglesias de Bustillo y Moneo, y la ermita de la Virgen de Cantarranas de Moneo.
Los avituallamientos ubicados en los distintos barrios y pedanías ofrecieron a los participantes un ambiente festivo con música, agua y comida, haciendo de cada parada una experiencia memorable. Como broche final, al cruzar la línea de meta, los participantes fueron recibidos con un animado concierto de rock y pop rock que puso un toque vibrante a la noche.
Agradecemos a los voluntarios y voluntarias, y a las asociaciones Unión Cicloturista Medinesa y Protección Civil – Merindades 4X4 por su invaluable ayuda y dedicación.