En la parte superior, sobre un terraplén de más de un metro de altura, podemos ver la calzada construida hace unos 2000 años y que aún se encuentra en perfectas condiciones, a diferencia de caminos rurales como el de abajo llenos de barro y charcos.

Se trata de un tramo de calzada de más de 1.600 metros de longitud que se conserva en muy buen estado perteneciente a la Vía Romana que comenzaba en Castro Urdiales (Flaviobriga) y llegaba hasta Osma de Álava (Uxama Barca). En palabras de uno de los mayores especialistas en ingeniería romana de nuestro país, el ingeniero, historiador y comunicador burgalés, Isaac Moreno Gallo, “Es una carretera que probablemente sea la mejor conservada de España”.

La vía tiene una extensión de 115 kilómetros, antiguamente comunicaba Castro Urdiales, la antigua Flaviobriga con algunas localidades del interior, como Osma de Álava (Uxama Barca). Llega desde el Valle de Mena, pasando por la Junta de Traslaloma y atraviesa el Valle de Losa de oeste a este. Pasa cerca de San Llorente donde hay yacimientos romanos, en los Llanos, La Cubilla y otro alrededor del cementerio. Sigue por el camino de San Llorente a Lastras de Teza, cruza la carretera de Quincoces de Yuso y coincide un pequeño tramo con el Camino Real de Quincoces. Un poco más adelante, al sur de Teza de Losa, cruza el río Navón en el lugar de las Presas y pasa cerca de la villa romana de San Martín, “Los Casarejos”. En Villalambrus (villa lumpnos), se identifican de nuevo restos de calzada. Sigue entre Mambliga y Aostri de Losa, por los lugares de las Calzadas, la Venta y las Crucijadas.

En este recorrido por el Valle de Losa se encuentra un tramo de unos 1.600 metros continuos perfectamente conservados, no han sufrido transformaciones por ningún tipo de maquinaria, algo ya difícil de encontrar en nuestros días, sobre todo en una vía que tiene unos 2.000 años. Es el tramo más largo de España sin transformaciones y además se encuentra bastante limpio de vegetación.

Se ha descubierto hace poco, hace tan solo unos 13 años no se sabía lo que era, por eso no se ha conservado un recorrido más largo. Hasta los años 80 la longitud continua del tramo era de más de 7 kilómetros, pero la concentración parcelaria acabó con él y tan solo estos 1.600 metros resisten aún como estaban hace 2.000 años.

Hasta hace muy poco nadie era capaz de identificar las Vías Romanas, por eso se destruyeron muchas como esta en el Valle de Losa. Antes se pensaba que estas infraestructuras milenarias estaban empedradas con losas de piedra como sí se hacían las calles de las ciudades romanas, pero esto no es cierto, las calzadas, vías o carreteras romanas eran verdaderas obras de ingeniería que estaban construidas con distintas capas de piedras de todos los tamaños, áridos finos, arenas y arcillas, todas ellas compactadas para crear una carretera de alta tecnología de hace 2000 años por donde circulaban los carros llenos de mercancías y personas del mundo romano. Se pueden distinguir porque muchas veces se encuentran sobre la plataforma de rellenos a cierta altura, esta Vía del Valle de Losa está sobre un terraplén de más de 1 metro de alto.

Isaac Moreno Gallo, explica como el motivo de la desaparición de las Vías Romanas ha sido sencillamente por desconocimiento, ya que nadie era capaz de identificar una calzada romana y por lo tanto se pensaban que eran caminos normales y no se han respetado.

Corte transversal de la calzada de Losa donde se aprecian los materiales con la que se construyó.



Explica en sus estudios el motivo de porque este tramo no ha sido transformado ni por concentraciones parcelarias, ni por campos de cultivo u otras razones, y la conclusión después de investigar e incluso preguntar a los habitantes del Valle, es que esta así “por casualidad”. Nadie se preocupó de no destruirla, simplemente se ha conservado durante los siglos porque los procesos de transformación agraria durante tanto tiempo no han destruido este tramo.

Al acercamos a visitarla podemos comprobar que la calzada se sitúa sobre un terraplén con una altura de más de 1 metro de altura durante todo el recorrido. Se observa un trazado rectilíneo con un firme en perfectas condiciones en cualquier época del año, sin charcos y sin blandones, distinguiéndose de los caminos cercanos que si los tienen. No tiene vegetación en las bandas de rodadura ya que los tractores algunas veces aún la utilizan.

Si nos fijamos a vista de pájaro, se puede seguir uno de los rastros aéreos más largos de toda la región de la vía romana ya labrada, con más de tres kilómetros ininterrumpidos en los que la piedra procedente del firme de la carretera romana destaca enormemente en el suelo de los cultivos.

El Ayuntamiento de Valle de Losa ha iniciado los trabajos para proceder a la señalización de esta impresionante vía que sin duda puede convertirse en uno de los recursos turísticos más potentes de la zona.

Las localidades más cercanas son Lastras de la Torre y Quincoces de Yuso.