Una de las zonas principales kársticas de nuestra provincia se encuentra en la Merindad de Montija, Valle de Mena y Valle de Losa en la zona conocida como Montes de la Peña. Durante los años 2018 y 2019 el GE Edelweiss ha realizado distintos trabajos de exploración y catalogación en esta zona.
Desde el año 2016 el GE Edelweiss viene acometiendo uno de sus proyectos más importantes y ambiciosos. Recopilar en una única base de datos accesible y on line de las más de 3000 cavidades de la provincia de Burgos, un trabajo ingente que requerirá de años de trabajo.
Para ello, el Grupo cuenta con un importante archivo documental en papel que recopila principalmente el trabajo del Grupo desde su fundación hace ya más de 60 años y que también alberga buena parte del archivo y registros que otros grupos espeleológicos burgaleses y de otros lugares han llevado a cabo en nuestra provincia.
A juicio del Grupo Edelweiss, el nuevo proyecto se convierte una herramienta fundamental para el estudio del karst en la provincia así como un importante legado a las futuras generaciones de espeleólogos y una ayuda fundamental en el inventario de los bienes y elementos singulares de las localidades y pueblos burgaleses.
En una primera fase del proyecto se ha ido volcando a la nueva herramienta la información relativa a las cavidades exploradas y publicadas por GE Edelweiss en sus diferentes publicaciones, para en una segunda fase, en la que se encuentran actualmente, comenzar un trabajo de estudio en gabinete de diferentes zonas recopilando la información disponible, ya sea en papel o en internet, para posteriormente en campo proceder a revisar y verificar la mismas. Como frutos adicionales a este trabajo destacar que en el camino de búsqueda de cavidades existentes, en algunos casos se han localizado otras nuevas que no se conocían incrementándose por tanto el volumen e impacto del trabajo.
La zona kárstica de la Merindad de Montija, Valle de Mena y Valle de Losa fue puntualmente explorada en los años 50 y 60 por integrantes del Grupo Edelweiss, su trabajo sistemático se realizó en los años 70 y 80 por el también grupo burgalés Niphargus quienes localizaron exploraron y catalogaron un importante número de cavidades.
En el periodo de febrero a abril de 2018, el GE Edelweiss llevó a cabo diferentes salidas para ir localizando las cavidades, procediendo a su geolocalización así como a su revisión, toma de fotografías y en su caso levantamiento topográfico. En total se llevaron a cabo 9 jornadas en las que tomaron parte una docena de integrantes del grupo habiéndose localizado hasta la fecha un total de 34 cuevas. Pese a ello dada la gran extensión de la zona así como la escasa información existente sobre la ubicación de las mismas este proyecto se extenderá durante varios años. Entre las cavidades que formaron parte de este trabajo en el año 2018 destacar la Cueva de Santamaría muy conocida por los vecinos de la Merindad de Montija, o la de La Grajera que destaca por su importante boca de entrada o la del Sifón, que tras descender 80 metros se llega a una gran sala donde un rio subterráneo desaparece tras un bello sifón que da nombre a la cavidad.
Un trabajo de revisión que también trajo nuevos frutos ya que a la vez que se localizaban algunas cavidades, se encontraron otras nuevas que fueron topografiadas, fotografiadas e inventariadas. Este es el caso de las de Corosma II y III o la Cueva de los Raposos que aunque ya ubicada por por el GE Edelweiss en los años 60 no había sido hasta la fecha explorada ni topografiada.
Posteriormente, ya durante el año 2019 se continuó con la revisión de cavidades en la misma zona. En esta ocasión los últimos trabajos se centraron principalmente en el entorno de Lastras de las Eras, localidad perteneciente al Ayuntamiento de Junta de Traslaloma, catalogando hasta la fecha 116 cavidades en esta zona. Del total, únicamente la mitad de los registros se encuentran completos (localización, fotografías y topografía).
De todas las cavidades en las que se trabajó a lo largo de 2019 caben destacar los relativos a la localización y exploración de la Cueva del Aguasal II, situada en el paraje de los montes de la Peña cercano al portillo del Ocejo y que lleva por nombre Aguasal. En la base de su escape superior se localiza está hermosa cavidad de desarrollo predominante en dirección Sur. Tras su pequeña entrada se da acceso a una galería meandriforme que, según avanza, va aumentando de tamaño hasta llegar a una pequeña sala donde tras una estrechez que hubo que desobstruir se da paso a una sala de gran volumen precedida de un pozo de 8 metros. Esta sala cuenta con una altura de cercana a los 40 metros y en su base nos situamos en un caos de bloques de grandes dimensiones por el que es posible continuar siguiendo un reguero de agua que finalmente se pierde en un lecho de margas. En total un recorrido de 292 m y salvado un desnivel de -72. Además de las proporciones de la sala comentada destaca de esta cueva el elevado número de restos de osos existentes lo que nos hace suponer su uso habitual para los periodos de hibernación.
En el marco de estos trabajos también se continuó revisando y fotografiando aquellas cavidades más representativas de la zona. Así es el caso de la cueva de El Portal con un desarrollo total de 320 m y que ya fue explorada por el grupo en 1965 coincidiendo con el primer campamento que el G.E. Edelweiss desarrolló en esa zona. Su gran boca de entrada así como sus diversos usos en la antigüedad, entre los que destaca el de redil de ganado, vivienda o de enterramiento, la convierten en una de las más conocidas y visitadas de la zona habiendo sufrido un importante deterioro.
Otra de las cavidades revisada y fotografiada fue la Cueva Cubillas que cuenta con un desarrollo de 207 metros y un desnivel absoluto de 25 m. Al igual que la cueva de El Portal fue ya explorada y topografiada en 1965 por el G.E. Edelweiss. Como viene siendo habitual en las cavidades más representativas de la zona es manifiesto su importante deterioro unido a pintadas de todo tipo realizadas por visitantes poco sensibilizados con la necesidad de preservar y salvaguardar nuestro patrimonio subterráneo.