Alicia González Martínez
Psicóloga, Psicoterapeuta y Counsellor
Clínica Vitali – Medina de Pomar


La mente es algo fascinante que nunca deja de sorprendernos. Conocernos y descubrirnos nos ayuda a entendernos y aceptarnos.
Formando parte de nosotros están nuestros pensamientos, emociones, percepciones, etc. pero hay una parte interna que es clave y que muchas veces no somos conscientes o quizás no la damos el valor que tiene, el dialogo interno.
A mi entender el diálogo interno es el cómo nos hablamos y lo que nos decimos. Es la conversación que tenemos con nosotros mismos que va a marcar y dirigir nuestros pensamientos, emociones, decisiones, conductas y va a estar muy ligado con nuestras creencias. Ya que no todo lo que nos decimos es real o justo. Por ello os animo a revisar cuales son vuestras creencias, las cuales pueden condicionaros y limitaros en la vida.
Nuestra realidad la interpretamos en base a lo que hemos escuchado, nos han dicho, enseñado, lo que hemos interpretado en relación a nuestra cultura, entorno, familia y la experiencia de lo aprendido en nuestra historia de vida. De ahí tenemos muchas creencias que son reales y muchas otras que están distorsionadas o sin actualizar.

¿Qué son?
Las afirmaciones positivas son palabras o frases que nos decimos, donde afirmamos una verdad y una realidad que conecta con nuestro consciente e inconsciente. Se ha demostrado que lo que nos decimos y el cómo nos lo decimos influye directamente en nosotros y en nuestro modo de estar.
Al contrario, si por ejemplo pruebas a decirte varias veces en voz alta: “Yo no valgo”. A los pocos segundos o minutos podrás comenzar a percibir que algo cambia en ti emocional y físicamente.
Diferentes profesionales, estudios científicos y aportaciones de la neurociencia y neuroimagen demuestran la eficacia y los efectos positivos de las afirmaciones, encaminándonos hacía una autoestima positiva. La escritora Louise Hay nos expresa: “Tenemos que reeducar nuestro pensamiento y hablar en patrones positivos si queremos cambiar nuestras vidas”
Las afirmaciones positivas han de ser formuladas en positivo, si es posible utilizando el “Yo” y desde el presente, evitando incluir el “No”. Preferiblemente frases cortas y con sentido para uno mismo. Algo importante es que sea una frase que tú creas, que para ti tiene sentido y la sientes real; es decir creer lo que nos decimos, ya que sino nuestra mente lo rechazará. Las afirmaciones pueden ser sobre ti, sobre las relaciones y la vida.

Práctica
1.- Escucha tú diálogo interno, el como te hablas.
2.- Anota las frases que sueles decirte y repetirte en el día a día. Sepáralas en dos columnas las positivas y las negativas, después reflexiona cómo te influyen, afectan y te encaminan a lograr tus metas. Por ejemplo: “Ya verás cómo paso algo malo”, “seguro que no me cogen para el trabajo”, “seguro que me equivoco”, etc.
3.- De las frases que te dices, reflexiona cuales son creencias y cuales falsas creencias. Puedes hacer un listado y reflexionar en su origen, la repercusión que han tenido y tienen en tu vida para comenzar a desmontarlas. Por ejemplo: “yo valgo menos que los demás”, “los demás siempre consiguen lo que quieren”, “no sé hacer nada”, “siempre me equivoco”, etc.
4.- Crea tus propias afirmaciones positivas, desde la realidad del aquí y del ahora y dirigidas hacía tus objetivos y bienestar. Por ejemplo: “yo valgo”, “yo merezco respeto”,” yo puedo encontrar trabajo”, “yo sé hacer muchas cosas” “yo puedo cuidarme y quererme”, “yo puedo descubrir lo que quiero y necesito”, “yo tengo potencial”, “yo tengo fortalezas”, “En mi vida pasan cosas buenas”, etc.
5.- Una vez creadas tus afirmaciones, escoge una de ellas, puedes ponerte frente al espejo y practicarla cada día unos minutos varias veces. Hazlo de manera consciente, dejando que tus palabras sean escuchadas por todo tu ser. Puedes acompañarlo de respiraciones y visualizaciones.
Practicadas de forma regular y mantenidas en el tiempo, pueden producir cambios en las formas de pensar, sentir y actuar de las personas, siendo una herramienta de autoayuda que nos motiva y conecta con la confianza.
Os animo a que exploréis y os permitáis conocer y profundizar sobre vuestras fortalezas, talentos y pasiones.