El pasado 21 de marzo se celebraba el Día Mundial de la Poesía, cuando se conmemora una de las formas más preciadas de la expresión e identidad lingüística de la humanidad.
La poesía es practicada en todas las culturas y en todos los continentes. Y así se ha demostrado en el IV Concurso de Poesía de Espinosa de los Monteros, en el que han participado 189 autores de diferentes países (Argentina, Perú, Educador, Venezuela. Cuba, Uruguay, Alemania, Francia…) así como de toda la geografía española.
La poesía tampoco tiene edad, los casi 200 autores participantes tienen entre 12 y 83 años.
El fallo del jurado del IV Concurso de Poesía fue el siguiente:
CATEGORÍA A (12 a 16 años)
1er Premio (75 euros): La belleza del agua. Neiva Fernández Guerrero. Almería
2º Premio (50 euros): El planeta en tu bolsillo. Alaitz Alonso Usabiaga. Vizcaya
Premio local (50 euros): Viajando por la arquitectura. Martínez-Abascal de Aymerich
CATEGORÍA B (A partir de 17 años)
1er Premio (75 euros): Préstame tus ojos. Jesús María Pérez García. Vitoria.
2º Premio (50 euros): Monte Edilla entre mis pasos. Bárbara de Aymerich Vadillo. Espinosa de los Monteros.
Se pueden leer las poesías presentadas en la web espinosadelosmonteros.es
“PRÉSTAME TUS OJOS”
Si un día yo te faltara
vete donde me sentaba
y contempla el horizonte,
el mismo que yo admiraba,
así yo volveré a ver,
a través de tu mirada,
las mismas nubes que en vida,
en el cielo enmadejadas,
trashumantes, vaporosas,
detrás de nuestra ventana
me acunaban suavemente,
me anestesiaban el alma.
Mira sentada en la arena
las olas del mar en calma,
las mismas olas que entonces,
ante un mar que me imantaba,
sentado ante el infinito,
tu silueta adivinaba.
Préstame tus limpios ojos
para ver la espuma blanca.
Deja que vea la lluvia
que se posaba en mi cara.
Deja que sean tus ojos
los que miren por mí y llora
si el llorar te mece el alma
Y, al rasgarse la alborada,
para ver tu despertar
préstame tus ojos, anda.
Deja perdida por mí
mi mirada en tu mirada.
Que lágrimas de nostalgia
disuelvan en añoranza,
las mismas cosas que juntos
prometimos cara a cara,
mirándonos a los ojos
con las manos enlazadas.
Mira allá, arriba, la estrella,
que allí dejé yo esculpida
para que tú la miraras
en mi hombro recostada.
Y yo, cual si fuera un sueño,
desde esa estrella lejana,
te miraré con tus ojos
si me prestas tu mirada.
Y deja que pase el tiempo
que, como la vida, pasa,
que jamás estarás sola,
que, en prenda, te dejo el alma.
LA BELLEZA DEL AGUA
En el vasto océano de la existencia,
el agua es el hilo de la vida en esencia,
fluyendo en ríos, mares y manantiales,
sosteniendo la vida en sus caudales.
Líquido tesoro, fuente de inspiración,
don de la naturaleza, sublime creación,
en cada gota, en cada ola que avanza,
la esencia de la vida, su danza.
El agua nutre bosques y desiertos sedientos,
en su fresca corriente, seres vivos contentos,
en sus aguas claras, reflejo de pureza,
en su regazo, hallamos fortaleza.
Sin embargo, el hombre, en su afán de progreso,
a veces olvida este recurso tan perfecto,
contaminación y derroche, amenazas latentes,
ponen en riesgo sus dones elocuentes.
El agua es el vínculo de toda la humanidad,
un recurso compartido con responsabilidad,
cuidemos sus cauces, mantengamos la armonía,
para que siga fluyendo con plenitud y alegría.
En el agua hallamos vida y bienestar,
en su cuidado, debemos perseverar,
para que futuras generaciones puedan admirar,
la belleza del agua, fuente de vida sin par.