El Castro Valnera se sitúa entre los «portillos» de Lunada y de Estacas de Trueba. Su lado sur se encuentra en la comarca de Las Merindades mientras que su lado norte pertenece a la comarca de los Valles Pasiegos, en Cantabria. Con sus 1.718 metros es la montaña con más altura de la comarca, flanqueada por la Cubada Grande de 1.617 metros y el pico la Miel con sus 1.563 metros.
La montaña ofrece su flanco más asequible por el valle glaciar de El Bernacho, una ruta que nos lleva hasta la cumbre, un mirador natural impresionante sobre los valles pasiegos de Cantabria.
Hay varias rutas para su ascensión, nosotros haremos la ruta del Bernacho. Comenzamos tomando la carretera del puerto de Lunada, llegando hasta el kilómetro tres donde tomaremos a nuestra izquierda una pista forestal que nos lleva hasta las cabañas del Bernacho, allí podremos aparcar el coche en el lugar que más nos convenga.
En una curva a la derecha en fuerte pendiente, arranca a la izquierda la senda que tenemos que tomar, a la vez que nos adentramos en un bonito hayedo buscando la vaguada que nos llevará al collado “La Canal” a través de un camino marcado por hitos.
Una vez llegados al collado, tomamos una senda bien marcada en la base de la pared al oeste. Dicha senda bordea dicha pared hasta que encuentra un paso para acceder a la parte superior, por la cual seguiremos ascendiendo en zig zag para llegar poco a poco a la cumbre. Un último esfuerzo para superar las rocas no apto para personas con vértigo, nos sitúa en la cima donde veremos un viejo buzón y restos de un vértice geodésico.
Todo esto nos habrá costado algo menos de dos horas de paseo, con un desnivel de unos 620 metros, que si lo tomamos con calma, se llevan muy bien. El resto es sentarse tranquilamente arriba, observar, respirar profundamente y sencillamente… disfrutar.
Una montaña peligrosa
El Castro Valnera se ha cobrado muchas vidas a lo largo de los años, por lo que toda precaución es poca. Su ascensión, tanto por la vertiente cántabra como por la burgalesa, es una ruta imprescindible para todos los amantes al senderismo, pero siempre hay que tener mucha precaución y el máximo respeto a la montaña más alta de Las Merindades, donde aparte del riesgo intrínseco de la propia montaña, podemos encontrar nieve en forma de grandes neveros hasta bien avanzada la primavera, sin embargo la subida merece la pena, no es muy exigente y la vista desde la cima es impresionante.