Texto y fotos:
Grupo Espeleológico Edelweiss.

Esta gran cueva se ubica en el extremo noroccidental de Las Merindades, en la cordillera conocida como Montes de Valnera. Su boca más alta se abre a 1.605 m s.n.m., en el costado N de la mole calcárea conocida como Cubada Grande. El acceso hasta ella se realiza desde Espinosa de los Monteros por la carretera BU-572 en dirección al portillo de Lunada. Unos 5 km antes de coronarlo, una pista de tierra en buen estado se encamina hasta el valle cerrado del Bernacho, hermoso conjunto de cabañas de piedra de arquitectura pasiega y verdes pastizales. En la parte izquierda del hondón arranca una estrecha senda que asciende hacia las cabañas de Peña Negra y atraviesa varios hayedos sombríos. La vereda gana altitud siguiendo la canal formada entre el Castro Valnera y la Cubada Grande, hasta alcanzar el Collado (1.448 m). Las cuatro bocas de entrada al complejo se abren arriba y a la izquierda del sendero, en distintos escalones calcáreos que esculpen la ladera de la Cubada Grande.

Historia de las exploraciones
En el macizo de la Cubada Grande, donde el Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE) inició sus exploraciones a principios de los 80 del pasado siglo, se conocen un total de 44 cavidades. Las principales, sin duda, conforman el Complejo de la Cubada Grande. El descubrimiento de su entrada más elevada se produjo en 1984. Fue a partir de aquel año y hasta 1994 cuando, a través de varias campañas, se llevó a cabo la exploración completa de la cavidad, cuyo desarrollo total alcanzó 7.569 m, con un desnivel de -400 m. Se trata, pues, de una de las principales cavidades de Burgos.
Geología
A vista de pájaro los Montes de Valnera son un conjunto de grandes y bien definidos macizos donde se alternan calizas arrecifales urgonianas y bancos de areniscas, arcillas y margas del Albiense inferior. Los episodios glaciares del Cuaternario modelaron inicialmente la orografía dando lugar a la excavación de profundos valles. Aún es visible en parte la erosión vinculada a la última glaciación, que dio origen al valle de las Estacas de Trueba. Una tectónica muy marcada, a base de roturas y fallas de pequeño salto, con direcciones predominantes NW-SE y E-W, ha compartimentado posteriormente la zona.

Un recorrido por el interior del Complejo
El Complejo de La Cubada Grande adopta la morfología clásica de muchas cavidades excavadas en los karsts de montaña. A través de series de pozos y meandros se alcanza el nivel impermeable sobre el cual circula un caudal de agua variable. En la actualidad cuatro son las entradas que conectan con el complejo: CM.6, CM.20, CM.25 y CM.35. Otras dos simas, la CM.13 y la Torca la Len, parecen tener una relación clara, ya que vierten sus aguas al complejo, aunque la comunicación física no ha podido verificarse. La CM.13 finaliza en un meandro impracticable a 142 metros de profundidad; en la Torca la Len un tapón de hielo y nieve persiste durante todo el año e impide toda tentativa de exploración. La red subterránea se desarrolla a lo largo y en paralelo a la ladera norte de la Cubada Grande.
La entrada superior, CM.6, se localiza en una pequeña grieta camuflada entre la vegetación que rápidamente se resuelve en un pozo de 101 m de vertical. Un pequeño e incómodo meandro conecta con un pozo de 57 m, en cuya base la cavidad se divide en dos direcciones: al E finaliza a -195 m, tras superar un estrecho meandro, y al NO la cavidad continúa con un nuevo meandro que enlaza con el “Pozo San Juan”, de 21 m.
La CM.35 es una cavidad situada 50 m más baja que la CM.6, cuyas rampas de piedra y pequeños saltos hacen muy peligroso el descenso. Conecta con el complejo a pocos metros del “Pozo San Juan”. Es la entrada a “El Cacao”, laberinto formado por una serie de salas consecutivas tapizadas por desprendimientos clásticos donde parece que la cavidad finaliza. Varios aportes de agua convergen en esta zona, entre ellos el proveniente de la Torca la Len. Es fácil perderse y no encontrar el paso entre bloques que da acceso a la “Sala del Susto” y a la espectacular “Sala del Bloque”, que con sus 8.400 m2 se sitúa como una de las mayores estancias subterráneas de Burgos. El enorme bloque desprendido de la bóveda ocupa por sí solo una extensión de 3.500 m2. Al este de la sala comienza la “Galería de los Ahivás”. Tras superar un gran cono de bloques que obstruye el conducto y en el cual es necesario utilizar alguna cuerda, nos situamos en un ensanche donde convergen varios torrentes, uno de ellos proveniente de la CM.13, sima con la que no se tiene conexión física por tan sólo una veintena de metros. Según progresamos, la “Galería de los Ahivás” gana espectacularidad, con anchuras variables entre 7 y 20 m y una altura prácticamente uniforme de 30 m. Es a esta galería donde va a parar el meandro que proviene de la tercera boca, la CM.20, a través de una red de pequeños pozos. También es en esta galería donde desemboca el meandro que alberga una amplia profusión de cristales de calcita conocidos como “dientes de perro”. Aquí el río subterráneo empieza a tomar protagonismo. Rompiendo el silencio absoluto de los tramos anteriores, va esculpiendo la indómita arenisca basal dando lugar a marmitas, cañones y formas caprichosas de tonos caoba y azabache, hasta alcanzar la cota de -400.

info. en: www.grupoedelweiss.com