Ya hay un contenedor lleno de residuos de alta actividad y en enero se seguirá con otros 4 para completar la primera fase. Todos ellos se almacenarán en el ATI (Almacén Temporal Individualizado) hasta el año 2073, cuando se trasladarán definitivamente a un Almacén Geológico Profundo (AGP).
El pasado 23 de noviembre, el responsable del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña, Manuel Ondaro del Pino, explicó el proceso de desmantelamiento y clausura de la central durante una visita informativa en la que se dieron cita numerosos medios informativos nacionales.
Este verano Nuclenor llenaba un contenedor con 52 elementos de combustible gastado que ya se encuentra almacenado en el ATI. Una vez transferida la titularidad de la instalación de Nuclenor a Enresa, ésta continuará en la segunda quincena de enero con el llenado de los otros 4 contenedores que quedan pendientes de la primera fase.
Como en total hay 2.505 elementos se necesitarán 49 contenedores, es decir los 5 de esta primera fase más otros 44 para gestionar todo el combustible gastado.
Todos ellos se almacenarán en el Almacén Temporal Individualizado situado en la propia central, se trata de dos losas antisísmicas a la intemperie donde se colocarán los 49 contenedores con el combustible gastado y también los residuos de alta actividad hasta el año 2073, fecha en la que se trasladarán definitivamente a un Almacén Geológico Profundo (AGP).
Habrá que esperar hasta el segundo semestre del año 2024 para ver actividades de desmantelamiento de algunas de las zonas de la central.
10 años para el desmantelamiento
El desmantelamiento durará 10 años y se va a realizar en dos fases, en la Fase 1 (2023-2026) se desmontarán los sistemas, estructuras y componentes del edificio de turbina, y se acometerán las modificaciones de sistemas e instalaciones necesarias para la gestión de los residuos resultantes. A la vez, se evacuará el combustible gastado en contenedores desde la piscina hasta el Almacén Temporal Individua lizado (ATI) de la central.
Posteriormente, en la Fase 2 (2027-2033), ya con el combustible en el ATI, se abordará el desmantelamiento final de los edificios de carácter radiológico, continuando con las descontaminaciones, desclasificaciones y demoliciones, para, finalmente, concluir con la restauración del emplazamiento.
Una vez terminado el desmantelamiento y reciban el visto bueno del CSN devolverán la instalación a Nuclenor, su propietario original.
Presupuesto y trabajadores
El proyecto de desmantelamiento está presupuestado en 475 millones de euros, más otros 180 millones que se han invertido en la compra de los contenedores para el combustible gastado y las obras del ATI.
En cuanto al personal, se prevé que trabajen hasta 350 personas de forma simultánea. De estos trabajadores 31 serán de Enresa, 70 serán trabajadores de Nuclenor y unos 185 de otras empresas contratadas. Para todos estos trabajadores la seguridad está garantizada ya que contarán con un servicio especial de protección radiológica y de seguridad física e industrial en el que trabajan otras 70 personas, además se está desarrollando un programa de formación que incluye un gran volumen de formación relacionada con la seguridad convencional y radiológica.