Esta estampa propia de La Mancha se encuentra en nuestra comarca, concretamente en la localidad de Villaescusa de Butrón en el municipio de Los Altos, donde su alcalde ha restaurado un viejo molino de viento para deleite de los curiosos que se acercan a verlo. Para ir a Villaescusa debemos meternos por el cruce de Pesadas dirección a Sedano y en apenas 10 minutos llegamos a la localidad donde desde lejos se puede ver esta curiosa construcción.

En la provincia de Burgos se sabe de la existencia de solo cuatro molinos de este tipo, dos en la capital burgalesa que ya han desaparecido por completo, otro en la localidad de Castrecías que se encuentra sin cubierta ni aspas y además ahora tiene un almacén adosado que ha desvirtuado su valor, y el de Villaescusa de Butrón, ahora mismo el único que tiene cubierta y aspas gracias a su puesta en valor por el alcalde de esta pedanía de Los Altos.
Hasta hace unas semanas un edificio de planta circular resaltaba al llegar a Villaescusa, sin que los visitantes supieran de que se trataba, bien parecía una torre fortificada hecha de piedra, pero en realidad se trata de los restos de un antiguo molino de viento que a principios del siglo XVIII sirvió para moler el cereal de la localidad y aledañas.
El molino se construyó en la primera mitad del siglo XVIII, por los años 1725 o 1730, pero funcionó durante poco tiempo, y para el 1.800 seguramente ya no trabajaba, de hecho en el Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal, de Sebastián Miñano (1826-1829) es citado como molino de viento ”1 molino de viento: sit. En lo que llaman valles altos (Los Altos), por la mucha elevación en que se hallan”, pero es probable que en esas fechas ya no se encontraba en funcionamiento.
Pero porque de una construcción de este tipo en una zona donde lo más natural es que los molinos harineros fuesen hidráulicos. Pues bien, Villaescusa era un pueblo sin río ni arroyos, y ante la necesidad de moler el cereal sus vecinos se vieron obligados a construirlo. En aquellos tiempos solo había otro molino cerca de allí, en el sendero a Pesquera de Ebro, pero era de agua y a causa de la sequía solo funcionaba los tres meses de deshielo por lo que el resto del año el molino de viento era el único que trabajaba, moliendo muchas maquilas de la zona de Sedano e incluso de Valdivielso. Pero solo funcionó unos 70 años más o menos, después se sabe que a principios del siglo XVIII dejó de funcionar, seguramente porque ya no acuciaba tanto la sequía.
Pedro Díez, alcalde de Villaescusa de Butrón, tuvo la idea de restaurar el viejo molino, colocándole una cubierta y unas aspas. Contactó con Iñaki Urquía, arquitecto navarro que ya había restaurado dos en su tierra, y junto con otro arquitecto burgalés han conseguido que el viejo molino vuelva a lucir sus aspas y su tejado que ahora es de hierro. Las aspas no giran de momento porque no tienen apenas superficie de contacto con el aire, pero se van a colocar unas pequeñas chapas para que giren un poco, tan solo para que tenga un pequeño movimiento. También se va a colocar un cartel explicativo con la información que se conoce sobre el molino.
Sin duda, una bonita visita a esta parte de nuestra comarca que bien se puede completar con la visita a la recién restaurada lobera de Huidobro a tan solo unos 5 minutos en coche. Un poco más adelante, a otros 5 minutos, podemos ver el dolmen del Moreco de 4000 años de antigüedad y si nos acercamos hasta Huidobro veremos las antiguas minas de cobre, algunas de ellas se encuentran a la orilla de la carretera, también su iglesia románica recién restaurada, donde curiosamente se rodó parte de la película “El disputado voto del señor Cayo”.