Mapas Cerrados, un ensayo fotográfico que pretende escribir mediante imágenes la situación rural, la manera perfecta para poder reconocer a todas estas personas que han perdido su pasado pero que, con este trabajo visual, este proyecto reflexivo, también intenta buscar nuestra cultura, nuestra identidad… nuestra vida.

Iván García-Martín lleva muchos años retratando los diferentes pueblos en los que la escuálida demografía es evidente. “Llevo más de diez años retratando los diferentes pueblos de Castilla y León en los que ya no existen habitantes. O porque no se instaló en su momento electricidad o agua corriente; o porque no se construyó una carretera para llegar dignamente; o porque una epidemia asoló el lugar… el caso es que por desgracia hay numerosos pueblos donde ya no vive nadie. Donde antes había vida, ahora solo hay soledad. Donde antes las calles estaban llenas de personas, ahora solo encontramos escombros y maleza. Aunque todavía hay algo en estos lugares que sigue como siempre: el recuerdo. Pero el tiempo cuando se convierte en erosión no tiene contemplaciones y se lleva con sigilo todo lo que puede. Incluso el recuerdo. Por eso creo que es muy importante documentar y fotografiar los pueblos abandonados, porque van a desaparecer. Es muy triste no tener un pasado. Es muy triste no poder recordar tu infancia. Es muy triste no poder recordar donde vivieron tus padres o abuelos. Por eso intento retratar estos pueblos antes de que el transcurso del tiempo y el abandono lo conviertan todo en polvo. La cultura debe permanecer; no se puede olvidar. Conocer nuestro pasado forma parte de nosotros. Debemos enfrentarnos hacia el futuro sin miedo; no anclarnos en el pasado, nuestros padres forman parte de ello, no lo olvidemos; pero necesitamos mirar hacia el futuro. Nuestro pasado nos llevará hacia la personalidad futura, sin complejos, sintiendo por qué nos ha tocado vivir en este sitio”.

Cada año, la pérdida de población es evidente. Estamos ante una hemorragia demográfica. La situación actual es resultado de un agudo proceso de despoblamiento en las zonas rurales: las personas jóvenes se marchan a las grandes metrópolis. Esta pérdida de juventud supone la incapacidad de renovar las generaciones del pasado. Estamos ante un inmediato y pronunciado envejecimiento. La reducción de población está arrastrando, además, un gran problema porque causa un enorme riesgo para mantener la defensa de nuestro gran patrimonio natural, histórico y artístico que estas zonas albergan.

Por ello, es muy importante este ensayo fotográfico, para poder reflexionar sobre la situación actual en la que nos encontramos.

Iván García-Martín (www.eljerseydeepi.es) es de Olmedo (Valladolid). Comenzó a estudiar Bellas Artes y terminó licenciándose en Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. Su exploración visual le ha llevado por la pintura, la fotografía, el video-arte o el documental.

En el campo de la fotografía, esa inquietud visual le premió con una beca para PhotoEspaña, en la que estuvo disfrutando con fotógrafos tan prestigiosos como Martín Parr y Larry Fink.

 “Mapas Cerrados”, ha recibido diferentes reconocimientos como en el Festival Internacional Pallantiaphoto, en el VI Encuentro Nacional de Artistas que organiza la Fundación Villalar, e incluso ha sido seleccionado por la Consejería de Cultura, de la Junta de Castilla y León, en el programa Alacarta.

Del 31 de julio al 5 de agosto se vuelve a celebrar la semana del voluntariado en el Monasterio de Rioseco.  Durante esta semana, los voluntarios que quieran ayudar a reconstruir el monasterio pueden acercarse a él de 10h a 20h. de lunes a sábado.

Para apuntarse como voluntario a este campo de trabajo sólo se necesita tener ganas de ayudar y presentarse en el monasterio durante esta semana el día y a la hora que se pueda; no olvidar llevar guantes y calzado apropiado para trabajar y si se tienen herramientas como palas, carretillas, azadas, rastrillos…, serán muy útiles.

En el año 2008, se empezaron a dar los primeros pasos para recuperar el Monasterio,

un primer grupo de interesados y soñadores creyeron que podía ser cierto. En 2010 un grupo de personas del Valle de Manzanedo, con la ayuda de las pequeñas parroquias de este Valle, se ocupó de la deforestación del monasterio en colaboración con la Asociación Forestal Burgos.

A partir de aquí comenzó todo, empezaron a llegar los proyectos, las pequeñas obras de consolidación, las puertas y las semanas de voluntariado. La próxima ya está en marcha, es del 31 de julio al 5 de agosto en la que voluntarios que llegan desde toda la geografía española, volverán a avanzar en la recuperación del Monasterio.