La Diputación de Burgos junto al Consorcio Provincial de Residuos instalarán 1.400 contenedores marrones en los 63 municipios de más de 300 habitantes, muchos de ellos en Las Merindades, para cumplir con la nueva ley que obliga a la recogida separada de biorresiduos para su reciclaje.

Ya se han colocado casi 330 unidades en distintas localidades de la provincia, y este mes de marzo comenzará su instalación en la comarca de Las Merindades. Se instalarán contenedores en Villarcayo, Valle de Mena, Oña, Valle de Tobalina, Merindad de Sotoscueva, Merindad de Valdeporres, Merindad de Valdivielso, Merindad de Montija y Valle de Losa, mientras que en abril será el turno para Espinosa de los Monteros, Trespaderne y Valle de Valdebezana.
En el quinto contenedor de residuos se debe depositar diferentes tipos de residuos orgánicos como los restos de alimentos, pieles de frutas, pescado, plantas, cáscaras de huevo, servilletas o papel de cocina usados, unos restos con los que posteriormente se podrá hacer compost para fertilizante o generador de energía.
El contenedor marrón de biorresiduos estará siempre cerrado para controlar malos olores y para abrirlo se utilizará una tarjeta individual con un chip electrónico y en él solo se podrán depositar restos orgánicos de comida o de huerta y jardín, o ciertos residuos de papel y cartón degradables, como papel de cocina usado, cartón sucio de alimentos o servilletas de papel, pero nunca se deberán echar pañales, compresas, toallitas, excrementos animales, aceite vegetal usado, envases, vidrio, papel y cartón, y en general los residuos para los que haya otro contenedor.