El más bello santuario de Las Merindades

Texto y fotos: Grupo Espeleológico Edelweiss.

Ojo Guareña, en la Merindad de Sotoscueva, constituye la cuarta mayor red de cavidades conocidas en España, y una de las más importantes del mundo, con más de 112 kilómetros de galerías excavadas por los ríos Guareña y Trema. En su interior alberga muchos y variados tesoros. Uno de ellos, que destaca de manera excepcional, es la Cueva de Kaite.
La boca principal de cueva Kaite, visible en la distancia, se abre en el extremo NE del Circo de San Bernabé, dominando desde la altura la aldea de Cueva de Sotoscueva y el Valle del mismo nombre. En tiempos pretéritos debió actuar como sumidero del río Guareña, que hoy desaparece bajo tierra 140 metros más abajo. El acceso hasta ella se realiza bordeando por arriba el Circo. Sus entradas están cerradas al público.
Un amplio portalón de unos 50 m de longitud culmina en un estrecho reducto con abundantes concreciones. En épocas prehistóricas se aprovechó esta angostura para construir un muro que preservaba el acceso hacia el interior. A unos 120 metros de aquí, en dirección este, un colapso de la bóveda dio lugar a la aparición de otra entrada, la cueva del Portillo, con dos bocas de acceso cercanas a un paso natural de animales en el risco. También aquí se levantó en tiempos remotos otro muro que aislaba la parte más profunda, utilizada como santuario y espacio simbólico, con inhumaciones y abundantes paneles de arte rupestre.
Aun siendo conocida desde siempre, las primeras exploraciones e investigaciones en su interior fueron llevadas a cabo en 1958 por el Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE), que al año siguiente trazó un primer plano parcial. En 1969 se completó dicho plano. La topografía actual, que arroja un desarrollo de 585 m y un desnivel de 12 m, data de 1981.
Pese a su reducido tamaño, es una de las cavidades más hermosas de Burgos. Su riqueza y abundancia en estalagmitas, estalactitas, columnas y coladas conforma un enrejado que ha llegado a colmatar el acceso a parte de sus galerías. Ello, unido a los importantes restos prehistóricos que alberga en excepcional estado de conservación, la convierten, sin duda, en la Seo del subsuelo burgalés.

ARTE RUPESTRE EN KAITE
El yacimiento arqueológico que alberga la Cueva de Kaite fue descubierto por el GEE en 1958, mediante la realización de una pequeña cata. A partir de ese momento fueron localizados numerosos fragmentos de sílex, cerámicas y restos óseos de diferentes cronologías, así como restos de fauna doméstica y jabalí. Al otro lado del muro aparecieron fragmentos cerámicos y restos de fauna similares a los hallados en el portalón, así como una moneda francesa de los siglos XV y XVI. En 1969 unos jóvenes de la localidad cercana de Quisicedo se abrieron paso al pie de la segunda entrada, en lo que parecía ser un segundo cerramiento artificial, y descubrieron la continuación de la cueva, con abundantes restos humanos. Tras su revisión, aparecieron innumerables paneles de arte rupestre y se procedió al cierre de la cavidad a fin de proteger los hallazgos.
El santuario de Kaite constituye una de las estaciones de arte rupestre más significativas, ya que exhibe una evolución artística que va desde el Naturalismo, representado por el trazo curvo de la cierva con cría —adoptada como logo identificativo del GEE—, hasta los grabados esquemáticos de trazado recto que guardan grandes similitudes con representaciones del Calcolítico y la cultura dolménica. Presenta 21 paneles de grabados con tres técnicas diferentes: una con trazos digitales tipo maccaroni para elementos envolventes y signos abstractos, otra de trazos finos e incisos de las figuras zoomorfas y otra, en fin, mediante el raspado de las figuras esquemáticas, con paralelos con los ciervos de la Sala de la Fuente del Complejo de Ojo Guareña. La mayoría son de trazo fino y representan a cápridos y cérvidos que miran a la izquierda y muestran un alargamiento de las extremidades y el cuello. Son figuras estáticas, algunas formando escenas, varias de ellas con la cría en el vientre en clara referencia a la fecundidad, y en muchos casos rodeadas por signos envolventes, tal vez relacionados con escenas de caza o de domesticación. Este tipo de figuras parecen corresponder a un momento de transición entre los últimos cazadores-recolectores del Paleolítico y los primeros ganaderos y agricultores del Neolítico. Junto a estas manifestaciones destaca la presencia de zarpazos de osos en varios puntos de la cavidad.
La importancia del registro arqueológico, junto a las condiciones únicas de conservación de la cavidad, su emplazamiento, su morfología, y las medidas de protección aplicadas, llevaron a implantar en su interior un laboratorio para investigaciones paleoclimáticas a partir de espeleotemas. El estudio desarrollado está proporcionando interesantes informaciones sobre la evolución del clima durante el Holoceno. La secuencia en la Cueva de Kaite es tan excepcional que ha permitido reconstruir la variación climática en el norte de España en los últimos 40.000 años a partir del análisis de isótopos de carbono (13 C), y establecer paralelismos entre el calentamiento acaecido durante el siglo XX y los cambios experimentados en el clima regional de los últimos milenios.
El Grupo Espeleológico Edelweiss es el más antiguo creado en Castilla y León y uno de los más veteranos de España. Fundado en 1951, celebró el pasado año su 70 aniversario. Mantiene una dedicación exclusiva al estudio del karst de la provincia de Burgos, fundamentalmente en las zonas de Atapuerca, Ojo Guareña, Montes de Somo y Valnera y Monte Santiago y Sierra Salvada. En la actualidad lo integran 42 miembros activos y un centenar de colaboradores. Puedes seguir sus actividades en grupoedeleiss.com