Alicia González Martínez
Psicóloga, Psicoterapeuta y Counsellor
Clínica Vitali – Medina de Pomar


La RAE, define optimismo como: “Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable”.
En el camino de la vida nos encontramos con diferentes situaciones y circunstancias de las que podemos crear importantes aprendizajes que nos dirijan al bienestar.
Permítete pararte a reflexionar y poner consciencia: ¿Dónde pones en tu vida el foco de tu mirada, en lo positivo o en lo negativo, hacía el optimismo o el pesimismo?, ¿desde cuándo lo haces de este modo? y¿qué le aporta a tu vida?
No se trata de engañarnos, pero tampoco de vivir en una posible catástrofe que quizás no suceda, o no está sucediendo en este momento. Os animo a poder valorar la realidad, con ambas polaridades, eligiendo decantarnos por la actitud optimista, permitiéndonos ver el vaso medio lleno. De este modo no generamos un estado de tensión e hiperalerta que genera un gran desgaste energético en nuestro interior. Elige quedarte con lo que puedes construir, sumar y aprender de cada experiencia.
Cuando somos optimistas, gestionamos mejor el estrés y los contratiempos en general. Es una actitud que tenemos y elegimos en la vida; por ello podemos entrenarnos en ella. El optimismo es un camino de salud y esta elección favorece nuestro sistema inmunológico, conlleva una mayor confianza, autoestima y seguridad en uno mismo.

¿Cómo favorecer la actitud optimista?
Permítete parar y salir del automático que muchas veces nos genera el día a día. Observarte, haciéndote consiente de cómo es tu actitud, cómo es tu diálogo interno, (el cómo te hablas a ti mismo) y observa tus pensamientos; recuerda, “lo que piensas, condiciona el cómo te sientes, reflexionas y actúas”.
En nuestra mente aparecen multitud de pensamientos, algunos de ellos distorsionados o influidos por falsas creencias; pon atención en no dejarte dominar ni dirigir por ellos, haciéndote consciente de los automatismos mentales y corporales y así poder elegir mas libremente tu sentir. Por cada pensamiento negativo o distorsionado, trata de buscar uno positivo en relación o referencia.
Los límites son parte fundamental de las relaciones, destaco la importancia de ponernos límites a nosotros mismos cuando la negatividad o el pesimismo dominan. Al igual de poderlos poner a los demás cuando nos muestran una actitud pesimista que nos condiciona o influye.
En tu vida y en tu presente hay muchas cosas buenas y valiosas, no caigas en la trampa de desvalorarlo y evita entrar en comparaciones.
Mira las cosas con perspectiva, crea expectativas realistas, trata de centrarte en lo que si puedes hacer, en vez de machacarte con lo que no.
En las situaciones de duda o incertidumbre, prueba a visualizarte alcanzando tu objetivo o venciendo tu dificultad.
Por último, practicas las respiraciones y meditación consciente, dando luz al optimismo y anota al finalizar el día al menos tres cosas buenas que ha tenido el día o por las que estas agradecido.

Reflexiona
Todas las personas tenemos fortalezas y dificultades, el conocerlas nos permite aceptarlas y transformarlas. Aprende de cada situación que vives, profundiza en lo positivo de cada experiencia y conecta con la gratitud. Permítete valorar tu vida, lo que has superado, aprendido y alcanzado.
Hazte consciente de tu bienestar y dale al optimismo el lugar que se merece en tu vida. Vive conscientemente tu presente y haz que cada día cuente en lo que depende de ti.
Charles Chaplin nos decía: ” Nunca encontrarás un arco iris si estás mirando hacía abajo”

La mente es algo fascinante que nunca deja de sorprendernos. Conocernos y descubrirnos nos ayuda a entendernos y aceptarnos.
Formando parte de nosotros están nuestros pensamientos, emociones, percepciones, etc. pero hay una parte interna que es clave y que muchas veces no somos conscientes o quizás no la damos el valor que tiene, el dialogo interno.
A mi entender el diálogo interno es el cómo nos hablamos y lo que nos decimos. Es la conversación que tenemos con nosotros mismos que va a marcar y dirigir nuestros pensamientos, emociones, decisiones, conductas y va a estar muy ligado con nuestras creencias. Ya que no todo lo que nos decimos es real o justo. Por ello os animo a revisar cuales son vuestras creencias, las cuales pueden condicionaros y limitaros en la vida.
Nuestra realidad la interpretamos en base a lo que hemos escuchado, nos han dicho, enseñado, lo que hemos interpretado en relación a nuestra cultura, entorno, familia y la experiencia de lo aprendido en nuestra historia de vida. De ahí tenemos muchas creencias que son reales y muchas otras que están distorsionadas o sin actualizar.

¿Qué son?
Las afirmaciones positivas son palabras o frases que nos decimos, donde afirmamos una verdad y una realidad que conecta con nuestro consciente e inconsciente. Se ha demostrado que lo que nos decimos y el cómo nos lo decimos influye directamente en nosotros y en nuestro modo de estar.
Al contrario, si por ejemplo pruebas a decirte varias veces en voz alta: “Yo no valgo”. A los pocos segundos o minutos podrás comenzar a percibir que algo cambia en ti emocional y físicamente.
Diferentes profesionales, estudios científicos y aportaciones de la neurociencia y neuroimagen demuestran la eficacia y los efectos positivos de las afirmaciones, encaminándonos hacía una autoestima positiva. La escritora Louise Hay nos expresa: “Tenemos que reeducar nuestro pensamiento y hablar en patrones positivos si queremos cambiar nuestras vidas”
Las afirmaciones positivas han de ser formuladas en positivo, si es posible utilizando el “Yo” y desde el presente, evitando incluir el “No”. Preferiblemente frases cortas y con sentido para uno mismo. Algo importante es que sea una frase que tú creas, que para ti tiene sentido y la sientes real; es decir creer lo que nos decimos, ya que sino nuestra mente lo rechazará. Las afirmaciones pueden ser sobre ti, sobre las relaciones y la vida.

Práctica
1.- Escucha tú diálogo interno, el como te hablas.
2.- Anota las frases que sueles decirte y repetirte en el día a día. Sepáralas en dos columnas las positivas y las negativas, después reflexiona cómo te influyen, afectan y te encaminan a lograr tus metas. Por ejemplo: “Ya verás cómo paso algo malo”, “seguro que no me cogen para el trabajo”, “seguro que me equivoco”, etc.
3.- De las frases que te dices, reflexiona cuales son creencias y cuales falsas creencias. Puedes hacer un listado y reflexionar en su origen, la repercusión que han tenido y tienen en tu vida para comenzar a desmontarlas. Por ejemplo: “yo valgo menos que los demás”, “los demás siempre consiguen lo que quieren”, “no sé hacer nada”, “siempre me equivoco”, etc.
4.- Crea tus propias afirmaciones positivas, desde la realidad del aquí y del ahora y dirigidas hacía tus objetivos y bienestar. Por ejemplo: “yo valgo”, “yo merezco respeto”,” yo puedo encontrar trabajo”, “yo sé hacer muchas cosas” “yo puedo cuidarme y quererme”, “yo puedo descubrir lo que quiero y necesito”, “yo tengo potencial”, “yo tengo fortalezas”, “En mi vida pasan cosas buenas”, etc.
5.- Una vez creadas tus afirmaciones, escoge una de ellas, puedes ponerte frente al espejo y practicarla cada día unos minutos varias veces. Hazlo de manera consciente, dejando que tus palabras sean escuchadas por todo tu ser. Puedes acompañarlo de respiraciones y visualizaciones.
Practicadas de forma regular y mantenidas en el tiempo, pueden producir cambios en las formas de pensar, sentir y actuar de las personas, siendo una herramienta de autoayuda que nos motiva y conecta con la confianza.
Os animo a que exploréis y os permitáis conocer y profundizar sobre vuestras fortalezas, talentos y pasiones.