La Junta de Gobierno Local acuerda rechazar los tres proyectos y presentará alegaciones a los mismos para que no se construyan.

El equipo de gobierno municipal afirma no estar en contra de la energía eólica ni de las energías renovables en general, pero siempre apostando por una integración racional de estas energías que nada tienen que ver con el desarrollo desmesurado de estos proyectos en nuestro entorno.
Actualmente, en Castilla y León está previsto construir 111 parques eólicos, de los que 38 ya se encuentran en desarrollo y 73 en tramitación. En Burgos, ya son 15 los parques eólicos que se están sometiendo al trámite de información pública, la mayoría ubicados en la comarca de las Merindades. Tres grandes empresas pretenden construir la mayoría. Naturgy pondrá en marcha “Los Monteros” y “Merindad” con una potencia de 90 megavatios; Grupo Villar Mir pretende desarrollar los parques “Merindades” y “Estacas de Trueba”, con una potencia de 98,6 megavatios; y la filial de Iberdrola, Iberenova Promociones, los parques eólicos de “Llorengoz”, “Pico Fraile” y “Castrobarto” que afectan directamente al Valle de Mena, con 130,5 megavatios.
A la alcaldesa, Lorena Terreros Gordón, le parece inexplicable y sorprendente la iniciativa de la filial de Iberdrola de plantear la instalación de aerogeneradores en las cumbres de los Montes de la Peña y Sierra de Carbonilla cuando en la zonificación ambiental para la implantación de energías renovables del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se clasifica al Valle de Mena como de sensibilidad ambiental máxima, zona para la que no se recomienda la instalación de parques eólicos.
El municipio del Valle de Mena posee valores y singularidades de carácter medioambiental únicos, entre los que se encuentran la flora y fauna endémicas de los ambientes higroturbosos de los Montes de Ordunte; los hábitats formados por la turbera de cumbre del Zalama o el bosque macaronésico de laurisilva, considerados como microrreserva de flora, ambos en la Sierra de Ordunte; especies en peligro de extinción, como el visón europeo, el desmán ibérico o el cangrejo de río autóctono, o las formaciones geológicas de interés paisajístico, científico y divulgativo, como la surgencia kárstica del río Cadagua, una de las más caudalosas de la provincia de Burgos; las crestas calizas de los Montes de La Peña con el emblemático Pico del Fraile, o el diapiro del Valle de Mena, coincidente con la cuenca alta del río Cadagua, uno de los Puntos de Interés Geológico de la provincia de Burgos.
El paisaje menés es la suma de todos estos componentes naturales más el valor cultural, fruto de una antropización del paisaje que se remonta a la Prehistoria y cuyas huellas más evidentes se hacen ostensibles a partir de la época medieval, con el surgimiento de las aldeas que aún continúan vivas en el Valle y que albergan buenos ejemplos de arquitectura popular, sabiamente integrados en el entorno, y en algunos casos, hitos patrimoniales singulares, como las torres medievales de Villasana, Lezana o Vallejuelo; tramas urbanas de origen medieval como el Conjunto Histórico de Villasana de Mena, o iglesias románicas de primer orden dentro del románico burgalés, como las iglesias de San Lorenzo de Vallejo y Sta. María de Siones, cuyo valor histórico- artístico fue reconocido ya en 1931, con la protección de ambos edificios con la categoría de monumentos.
El Ayuntamiento del Valle de Mena ha solicitado en reiteradas ocasiones la protección de su singular paisaje y de toda la biodiversidad que acoge, mediante la ampliación de la superficie protegida por la figura del LIC- ZEC RN 2000 ”Bosques del Valle de Mena”, así como su declaración como Paisaje Protegido, con una primera propuesta cursada en la década de los años 90 del siglo XX, y sobre la que la propia Junta de Castilla y León encargó un estudio, al igual que la propuesta de ampliación del Espacio Protegido RN 2000 que se ha solicitado a la Consejería de Medio Ambiente en repetidas ocasiones desde el año 2003.
Formando parte de estos valiosos y bellos paisajes, se encuentra el cielo estrellado del Valle de Mena, declarado Parque Estelar por la Iniciativa StarLight de la UNESCO en 2010, en el que es posible contemplar más de mil estrellas, gracias a su limpieza y calidad astronómica, que se une a diversos reconocimientos y premios de carácter nacional. El cielo del Valle de Mena se vería gravemente afectado por la contaminación lumínica generada con las luces nocturnas intermitentes y sincronizadas de color rojo destellante de gálibo que emitirían los aerogeneradores que se pretenden ejecutar, ya que se ubican a menos de 50 km en línea recta del aeropuerto de Bilbao y necesitan de esta instalación luminosa para ser distinguidos por las aeronaves.
Además la disposición de algunos aerogeneradores con torres de 140 m de altura y palas de más de 60 m, constituirían un serio problema en términos de contaminación acústica (ruido constante) para los pueblos situados inmediatamente en las faldas de La Peña y Sierra Carbonilla, como Leciñana, Santiago de Tudela, Luengas, Santa Olaja, Encima Angulo, Ahedo, y Las Fuentes.
Las alteraciones medioambientales que pueden producir estas instalaciones en un municipio de tan alto valor paisajístico como el Valle de Mena, especialmente por el impacto visual de los parques eólicos, puede afectar muy gravemente a los sectores económicos más dinámicos del mismo como el turismo rural, la construcción, el comercio y la hostelería, que basan su estabilidad y crecimiento en el importante sector de la comunidad vizcaína que busca no solo pasar su tiempo libre en un entorno natural privilegiado como el del Valle de Mena, sino fijar su residencia en nuestro municipio como lo atestigua el padrón municipal de habitantes que desde el 1 de enero de 2019 hasta hoy ha visto incrementado en un 9,39% el número de empadronados alcanzando la cifra de 4.112 habitantes.
“Los montes de La Peña y Sierra Carbonilla, donde pretenden instalar estos parques eólicos, son una privilegiada zona ornitológica donde anidan las más variadas especies” manifiesta con preocupación David Sainz Aja, concejal de Medio Ambiente y Ganadería. Entre los habitantes alados de la zona podemos encontrar rapaces rupícolas como el Halcón Peregrino, el Búho Real, Alimoche, Águila Real o Buitre Leonado. También abundan Aguiluchos Cenizo y Pálido y rapaces forestales como el Azor o el Halcón Abejero. En las zonas de hayedos se encuentra el Carbonero Palustre y el Papamoscas Cerrojillo y en las cumbres cría el Bisbita Ribereño Alpino y el Acentor Alpino, además de hibernar el Treparriscos.
Los aerogeneradores representan un grave peligro que pueden llegar a provocar la muerte por colisión del 80% de las aves silvestres de la zona. La iluminación de la parte superior de los aerogeneradores, que sirve para indicar su posición a las aeronaves, atrae a estos animales, y en especial a las aves nocturnas, que acaban volando hacia ellos.
Por estos motivos, el gobierno municipal del Valle de Mena, por acuerdo del pasado 22 de abril, ha mostrado su rechazo frontal a los parques eólicos de Castrobarto, Pico Fraile y Llorengoz. Además para lograr la máxima protección de la riqueza ornitológica los Montes de La Peña y la Sierra Carbonilla reitera a la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León la petición para que se delimiten los Montes de La Peña y Sierra de Carbonilla como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs). Igualmente reitera la solicitud a la misma Consejería para que se declare Espacio Natural Protegido, con la categoría de Paisaje Protegido, a los Montes de la Peña y Ordunte del Valle de Mena. La delimitación del espacio natural protegido para los Montes de la Peña debe incluir a las vertientes de Mena, Losa y Traslaloma.