Alicia González Martínez
Psicóloga, Psicoterapeuta y Counsellor
Clínica Vitali – Medina de Pomar


Te deseo un buen camino y que crees un feliz 2021 partiendo del ahora.

ivimos en una sociedad, con una tendencia a la inmediatez, competitividad y el éxito. En ocasiones podemos creer que tenemos que ser productivos las 24 horas del día, fomentando el “hacer” y alejándonos del “estar”. Una sociedad basada en la producción y el consumo.
Salir de vivir en el “piloto automático” para vivir en la presencia consciente conlleva aprender a estar disfrutando del momento presente, el “Aquí y el Ahora”, como herramienta de salud física y emocional.
Presencia consciente
El cuidado y la educación de nuestros hijos e hijas, requiere de presencia consciente. Cuando estamos con nuestros cinco sentidos en la relación con nuestros hijos, su actitud cambia, ya que se sienten vistos, reconocidos y queridos.
La presencia, conlleva estar con ellos y para ellos, prestándoles atención, mirándoles a los ojos, escuchándoles sin juzgar-les, interesándonos y dándoles prioridad, por ello es incompatible hablarles a la vez que miramos la tele, el móvil, cocinamos, trabajamos… Nuestros menores necesitan nuestra mirada honesta y auténtica. Un tiempo de cali-dad en la educación y crianza.
Diferentes especialistas, han acuñado el término de: “Slow Parenting o Simplicity Parenting”, entendido como un modelo lento, sosegado y

Es una crianza natural, respetuosa y comprensiva, desde el apego. Fomenta educar desde la calma, respetando los ritmos y encaminándonos a una vida ple-na y desacelerada. Alejada de la deshumanización, del estrés, la competitividad y lo superficial. La paternidad y maternidad consciente nos alerta de los riesgos que conllevan ciertos con-textos sociales estresantes, superficiales y competitivos.
Varios autores han hecho referencia a diferentes pautas, desde sus referencias y junto a mi experiencia, expongo a continuación un listado a tener en cuenta y practicar:

  • Crea una estructura coherente y consistente, con límites claros, rutinas saludables y actualiza-bles, generando seguridad y res-peto en ellos.
  • No programes todo su tiempo, facilita el fomentar su imagina-ción, creatividad e improvisación.
  • Acompáñales a ser ellos mismos, en función de sus propias necesidades.
  • Potenciar la curiosidad, imaginación, iniciativa y el juego es-pontaneo
  • Descubre sus fortalezas y talentos para fomentarlos.
  • Aleja las pantallas y las distracciones de los momentos en familia.
  • Diferenciar tu ritmo de su ritmo. Nuestro estrés influye en su desarrollo.
  • Acompáñales a reflexionar y Permitámosles equivocarse y frustrarse, para crear mecanismos de afrontamiento constructivos.
  • Valora la calidad de lo que hacen y de cómo hacen las cosas.
    Fomenta la empatía y la paciencia.
  • Cada hijo/a es único y no tienen siempre las mismas necesidades.
    Fomentar la inteligencia emocional, dándonos cuenta de cómo nos sentimos.
  • Practicar la respiración, relajación y el mindfulness (atención plena), para permanecer en el momento presente.

Como mamá o papá que eres, ten en cuenta tú autocuidado y autoregulación: crea tiempos para ti y también para la pareja.


Reflexiona
No se trata de ser «los mejores padres y madres», ni de tener “hijos perfectos”, sino de vivir cada momento conscientemente, haciendo las cosas lo mejor que sabemos y podemos, con la responsabilidad de actualizarnos y mejorar conociendo las necesidades. Cultiva la vinculación fa-miliar, el apego y la presencia.
Enseñemos a nuestras hijas e hijos a sentir, escuchar, observar y disfrutar del momento presente; acogiendo el silencio y aprendiendo del aburrimiento.
Reflexiona e imagina cómo es ver el mundo desde el punto de vista de tu hija o hijo.
Disfruta de ti y de tu familia.

paciente.