El equipo multidisciplinar que investiga la cueva de Prado Vargas, situada en Cornejo, Merindad de Sotoscueva en Burgos, acaba de publicar un completo estudio en la revista Quaternary Science Reviews en el que presentan sus  últimos resultados sobre las estrategias de subsistencia de los grupos de neandertales que ocuparon esta cavidad.

Con el título “Late Neanderthal subsistence strategies and cultural traditions in the northern Iberia Peninsula: Insights from Prado Vargas, Burgos, Spain”, el equipo codirigido por Marta Navazo, profesora Titular de Prehistoria de la Universidad de Burgos (UBU), Rodrigo Alonso, responsable de Didáctica y Dinamización del Museo de la Evolución Humana (MEH) y profesor Asociado de Prehistoria en la UBU, y Alfonso Benito investigador del Centro Nacional en Evolución Humana (CENIEH), acaban de publicar  en la revista Quaternary Science Reviews los resultados de la excavación del nivel 4 de la cueva de Prado Vargas. Este equipo lleva excavando en esta cavidad, situada en la localidad de Cornejo en la Merindad burgalesa de Sotoscueva, desde 2016. Los resultados obtenidos hacen que este yacimiento se convierta en un lugar clave para comprender el modo de vida de los últimos neandertales del norte peninsular.

El trabajo que se acaba de publicar, y en el que han colaborado varios doctorandos de la UBU, analiza las estrategias socioeconómicas y culturales de los grupos neandertales que ocuparon este territorio hace 45.000 años. Para ello se ha realizado un completo estudio de los fósiles de animales, los restos de polen, las herramientas de piedra y hueso y sus huellas de uso, la formación del depósito, y la cronología del nivel 4 para lo que se han utilizado diferentes métodos de datación. Además este trabajo ha servido para dar a conocer a la comunidad científica el diente de leche de una niña neandertal de unos ocho años que se descubrió en la campaña del 2019 y fue bautizado con el nombre de Vera.

En el desarrollo de este trabajo además de la UBU, el MEH y el CENIEH han colaborados otros científicos de la Universidad del País Vasco-IKERBASQUE, Universitat Rovira i Virgili – Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social, la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Adelaida (Australia). Esta multidisciplinaridad de investigadores ha permitido integrar metodologías tradicionales clásicas de identificación y análisis de los miles de restos arqueológicos y paleontológicos, junto con novedosas y punteras técnicas de análisis espacial y análisis de materiales de los laboratorios de la UBU y del CENIEH que se han aplicado tanto a los restos como a los niveles sedimentarios donde se encuentran. Particularmente, los materiales arqueológicos se están analizando a través de microscopía confocal y microscopios metalogenéticos. Por otra parte para las técnicas de datación se han combinado la técnica de racemización de aminoácidos realizada en el Laboratorio de Estratigrafía Biomolecular de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid, radiocarbón (Carbono 14) y datación por luminiscencia estimulada ópticamente realizada en la Universidad de Adelaida. 

diente de leche neandertal Vera.

El trabajo también presenta los resultados de un sondeo estratigráfico gracias al cual sabemos que por debajo del nivel 4 se localizan más de seis metros de sedimento. Estos sedimentos contienen otros niveles arqueológicos del mismo periodo, lo que implica que un grupo de neandertales vivió de manera ininterrumpida en este territorio legándose de unas generaciones a otras una tradición cultural propia que estos investigadores están descubriendo.

Actualmente se están desarrollando cuatro tesis doctorales sobre este yacimiento por varios doctorandos de la Universidad de Burgos. Esto permitirá conocer mucho más sobre Vera y su grupo, así como las generaciones de neandertales que la precedieron y ocuparon esta cavidad.

Las excavaciones en Cueva Prado Vargas han sido financiadas por la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León y ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de la Merindad de Sotoscueva y una ayuda para analíticas de la Fundación Palarq.