El Soto se encuentra a escasos metros de la Plaza Mayor, es un gran espacio natural con jardines, áreas de descanso, amplias arboledas, zonas de recreo infantil, y la joya turística de Villarcayo, las piscinas naturales del río Nela.

Rafael Alberti quedó prendado del Soto de Villarcayo cuando lo vistió en un viaje por el norte de España. Le dedicó uno de sus poemas de la obra “La amante” que el Ayuntamiento ha dejado recogido en un monolito.

La amante, 1925.
En los tréboles del soto,
¡Dios, lo que yo me encontré!
¿Lo sabes?

¡Sí que lo sé!
-Pues dime lo que encontré
en los tréboles del soto.

¡Dios, sí que te lo diré:
mi anillo, mi anillo, roto!

Y no es de extrañar, el Soto es un inmenso paraje natural muy cercano al centro de la Villa, que antaño era un lugar de pasto para el ganado, pero con el tiempo se ha convertido en uno de los lugares más atractivos de Villarcayo y de toda la comarca, tanto para los vecinos, como para los numerosos visitantes que sobre todo en verano llegan a la Villa, y que a diario lo visitan, bien para pasear, para descansar o bañarse en el río.
El parque de las Acacias es la primara zona verde que encontramos, un espacio tranquilo con varios parques infantiles donde los más pequeños pueden disfrutar sin ningún peligro y los mayores descansar a la sombra de las Acacias.
Si continuamos llegamos al paseo que nos lleva a las piscinas naturales del río, dejando la chopera a la derecha y el campo de fútbol viejo a la izquierda, un paseo sombrío con numerosos bancos ornamentales a ambos lados de la carretera para descansar o simplemente pasar un rato a la sombra.
Llegamos al río, donde se encuentran las piscinas naturales del Río Nela. Los coches estacionados en el amplio aparcamiento delatan la cantidad de gente que llega para bañarse a esta zona de baños con socorrista, donde los amigos del chapuzón pueden disfrutar de una enorme piscina natural de agua remansada y una alfombra verde donde tomar el sol. Un lugar también para practicar deportes acuáticos ya que se pueden alquilar los elementos necesarios en una empresa de turismo activo allí instalada.
En el Río, el espacio es enorme, desde el puente grande, donde es habitual ver a chicos lanzarse al agua, hasta casi Villacanes por las dos orillas del Nela unidas por un puente peatonal, un espacio de centenares de metros donde se han instalado numerosos bancos escogidos con gusto e ideales para descansar o pasar el día en familia.
Además dos grandes y modernos establecimientos hosteleros se sitúan a ambos lados del río, los dos con amplias terrazas donde comer o tomar algo, un verdadero lujo.
Pero los espacios abiertos en Villarcayo no acaban con el Soto, podemos continuar por la ribera del Nela y llegaremos en pocos minutos a las Francesas, otra arboleda con bancos y aparcamiento para disfrutar de la naturaleza y bañarse esta vez en la zona de baños y sentir las piedras del río bajo los pies. Justo al lado de las Francesas encontramos las piscinas municipales, el camping y el bar donde se puede tomar un refresco, o comer en unas instalaciones envidiables.
Si continuamos un poco más adelante por el sombrío camino, encontramos la “Presa Churruca”, otro sitio para disfrutar del paisaje y del agua del Nela, buen lugar para el baño o simplemente disfrutar del sonido de la naturaleza.
Y todo este recorrido, como ya hemos comentado, con numerosos bancos de madera que el ayuntamiento tiene siempre preparados y bien cuidados, a pesar de algunos actos vandálicos contra el mobiliario urbano que afortunadamente no se prodigan mucho.
En definitiva, El Soto de Villarcayo, merece una visita de quienes nunca lo han visto, porque los que lo conocen regresan cuando pueden, y muchas veces a diario sobre todo en la época estival.