La historia en Villarcayo de esta locomotora es singular, en 2005 el Ayuntamiento se comprometió a través de un contrato de depósito a mantener y conservar en óptimas condiciones la MIKADO, a contratar un seguro de responsabilidad civil y a sufragar el coste del transporte una vez extinguido el contrato.

En enero de 2017, llegó un escrito de la Fundación comunicando la rescisión del contrato por incumplimiento. Después de unas primeras negociaciones, en 2019 la Fundación interpuso una demanda al Ayuntamiento donde exigía 226.357€ en concepto de indemnización por deterioro, falta de mantenimiento e incumplimiento del contrato, a lo que hay que sumar 48.040€ de intereses y el pago de costas judiciales, 47.492€. Lo que suponía 321.890 € en un único pago.

El Ayuntamiento buscó el mejor acuerdo priorizando minimizar al máximo el coste económico en una negociación con la Fundación Española del Ferrocarril y la indemnización se logró rebajar a 108.000 euros de indemnización a pagar en 24 mensualidades y además el compromiso de sufragar los costes del traslado de la máquina. Pero el transporte es muy complicado y aún no se ha podido hacer, de hecho en su día salió a concurso por unos 40.000 euros pero quedó desierto.

Ahora el Ayuntamiento está buscando soluciones para que la máquina se quede en Villarcayo y se pueda restaurar.

Las Mikado fueron locomotoras de vapor utilizadas por RENFE a partir de 1953. Han arrastrado todo tipo de trenes, tanto de pasajeros como de mercancías. Prestaron servicio hasta 1975, siendo la última de ellas, apagada en Vicálvaro el 23 de junio de 1975.

La locomotora Mikado 141F de Horna se encuentra junto a la estación de tren de Villarcayo-Horna en la línea de ferrocarril Santander-Mediterráneo, esta fue cedida al municipio a principios de los años 90. Se trata de una locomotora de vapor tipo 1-4-1, posee un eje de guía, cuatro ejes motores y un eje trasero de apoyo. Esta disposición de ruedas permitía montar el hogar detrás de los ejes motores, en lugar de encima de ellos, posibilitando hacer un hogar más grande. Esto permitía una combustión mayor, y por lo tanto una capacidad mayor de generar vapor, produciendo mayor potencia y velocidad. También posibilitaba utilizar ruedas motrices de mayor diámetro haciendo que las Mikado fueran capaces de arrastrar trenes más pesados a mayores velocidades.

La locomotora de Villarcayo se encuentra en estado de abandono, lleva décadas expuesta a las inclemencias meteorológicas, frío, sol y lluvia por lo que se encuentra oxidada. También tiene pintadas y ha sido expoliada.