Promovidos y apoyados por el Ayuntamiento, más de 60 voluntarios se involucran en la preparación de un nuevo «Pasaje del terror» que atrae por segundo año consecutivo a cientos de espectadores.
Cuando a una propuesta de la ciudadanía se le unen el apoyo del consistorio y la ilusión y el trabajo voluntario de decenas de personas de diferentes generaciones, desde adolescentes a mayores, el resultado es un proyecto que se desarrolla hasta convertirse en un evento capaz de atraer a más de 700 espectadores. Así ha ocurrido, por segundo año consecutivo, esta noche previa a la festividad de Todos los Santos con la organización del Pasaje del Terror, un pasaje con un recorrido por distintas dependencias del Convento Santa Ana, hoy Centro Cívico-Cultural del Ayuntamiento del Valle de Mena.
En un ambiente de trabajo y colaboración que, sin duda, enriquece la calidad de vida del municipio, durante el mes previo, más de 60 voluntarios han acudido cada tarde a preparar decorados, idear disfraces, elegir maquillajes o planificar efectos sonoros y de iluminación, aportando cada uno su saber y su experiencia. De ese modo, todo estaba preparado la tarde del jueves 31 de octubre para que, a las siete de la tarde, cuando la noche ya envolvía de sombras el recinto conventual, se abriesen las puertas de la Capilla Santa Ana y los más atrevidos se adentrasen en un cementerio en el que todo era posible. En los cinco largos minutos del recorrido, espectros, dráculas, zombis, güijas, ahorcados, esqueletos vivientes, niñas endemoniadas y hasta un particular quirófano en el que la sangre corría a raudales, hicieron las terroríficas delicias de los visitantes.
Muchos disfraces entre los asistentes, largas colas que no desanimaron la espera y un delicioso chocolate a la salida del Pasaje para reponerse de las emociones, completaron esta noche dedicada a la magia del terror.