LOS ALTOS
En la carretera desde Pesadas a Sedano, a la altura del punto kilométrico 9,5 un poco antes del cruce hacía Huidobro, a la izquierda de la carretera podemos ver este monumento megalítico donde se encontraron 24 cadáveres junto a un importante ajuar formado por hachas, piedras de sílex y muchos adornos.
Este origina sepulcro colectivo está formado por una caja o cista de piedra que ya se conocía en el año 1970, aunque fue excavado en la década de 1980 por el equipo de Germán Delibes y Manuel Rojo. En su interior se encontraban 24 cadáveres, 16 de adultos, dos juveniles, y seis infantiles junto a varias hachas, microlitos y muchos adornos que datan a este enterramiento en neolítico, aunque su uso se extendió hasta la edad de cobre o calcolítico.
En enterramiento se encontraba muy deteriorado, pero durante su excavación se comprobó que el espacio del sepulcro estaba encerrado por dos grandes piedras calizas paralelas de más de 2 metros de largo, y que en su interior los enterramientos se encontraban totalmente revueltos.
Otra de las particularidades de este singular monumento funerario es el gran volumen y buena conservación de los huesos. Quizás esta última circunstancia ha determinado que los restos infantiles sean más numerosos de lo que suelen ser en el resto de los dólmenes de La Lora. Pero los huesos también han aportado información relevante sobre las gentes que se enterraron en la cista. Por ejemplo, algunas de las mujeres, cuyos huesos aparecen en menor proporción que los hombres, presentan lesiones en la pelvis que podrían ser compatibles con partos múltiples.
Además, la población en general mostraba ciertas patologías dentales relacionadas con el procesado de alimentos en molinos y con una ingesta moderada de cereales, a juzgar por el escaso número de caries. En cuanto a las prácticas rituales, algunos cráneos presentan indicios de haber sido trepanados en vida con una ligera supervivencia de los individuos afectados.
Los materiales arqueológicos hallados en este yacimiento, que se encuentran en el Museo de Burgos, también merecen especial mención, sobre todo las innumerables cuentas de collar de diversos materiales y formas. Muchas son de lignito y de gran tamaño, pero también las hay de hueso, coral fósil, calcitas y minerales azulados y verdes, como talco y crisolito. Otro conjunto importante de elementos de ajuar son los microlitos, puntas de flecha y cuchillos de sílex o las hachas pulimentadas, objetos todos ellos que ubican la edad de esta tumba a finales del IV milenio, una fecha confirmada mediante dataciones radiocarbónicas.